Rafael Solana (Veracruz, Veracruz, 1915-cuidad de México, 1992) ejerció paralelamente la creación literaria y el periodismo. En 1938 fundó, con Efraín Huerta y Octavio Paz la revista Taller. Participó en la Unión Nacional de Autores, la Federación de Uniones Teatrales y la Asociación de Críticos de Teatro de México. Cultivó la poesía, el ensayo, la narrativa, la crónica, y la dramaturgia.
Entre otros le fueron otorgados el premio Nacional de crónica (1975), Nacional de periodismo (1981) y Nacional de Letras (1986).Sin lugar a dudas, la dramaturgia fue el género preferido de Rafael Solana. La presente antología ofrece cinco piezas: Las islas de oro (1952), Debiera haber obispas (1954), A su imagen y semejanza (1960), Pudo haber sucedido en Verona (1983). En ellas, dice Silvia Peláez en la presentación del volumen, "encontramos un mapa en el cual se perfilan las obsesiones, intereses, preocupaciones, propuestas y criticas del dramaturgo en relación con el contexto social".