Nació en Valencia, España, el 21 de mayo de 1927; murió en la Ciudad de México, el 7 de noviembre de 2011. Poeta, ensayista y narrador. Radicó en México desde 1940. Estudió Filosofía y Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam, y Lengua Francesa en el Institut Français d'Amérique Latine (México). Certificat d'Aptitude à l'Enseignement de la Langue Française (La Sorbona). Fue editor de la Dirección General de Publicaciones de la unam; secretario de la colección de clásicos universales; organizador y director de La Casa del Lago; profesor de El Colegio de México, donde creó el Centro de Enseñanza e Investigación de la Traducción; director de la Revista Mexicana de Literatura; jefe de redacción de Plural. Traductor de Giuseppe Ungaretti, André Breton, Alain Borer, Cesare Pavese, Victor Hugo, L. Febre, Roman Jacobson, Paul Vignaux, Mircea Eliade, Rainer María Rilke, Jacques Lacan, Frances Yates, William Shakespeare, Gérard de Nerval y muchos otros. Colaborador de Plural, Revista Mexicana de Literatura, Revista de la Universidad de México y Vuelta. Becario de El Colegio de México, 1953; del cme, 1954 y 1955; y de la Fundación Guggenheim, 1968 y 1976. Miembro del snca desde 1994. Premio Xavier Villaurrutia, 1973 por Terceto. Premio Magda Donato 1974 por Trizadero. Premio Alfonso x de Traducción Literaria, 1982, por Atalía, de Jean Racine. Premio Alfonso x de Traducción Literaria, 1984 por Poesías completas de Gérard de Nerval. Premio Juan Rulfo 2005 por su trayectoria. Premio de Poesía Federico García Lorca 2008 por su aportación a la literatura.
Poeta, ensayista y profesor. Llegó con su familia a México a los trece años, tras huir de la Guerra Civil española. Su paso por Francia y Marruecos propició su aprendizaje del francés, lengua de la que fue profesor durante los primeros años de su vida profesional y de la que se convirtió en afamado traductor. Pronto descubrió su vocación literaria, así como la traductora, actividades que le valieron a lo largo de su vida numerosos premios (Villaurrutia en 1972, Alfonso X de Traducción literaria en 1982 y 1984, Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo en 2005 y Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en 2008). Al igual que para varios de sus compañeros del exilio español, la traducción fue parte de su vida. Segovia tradujo incansablemente, tanto en México como en España, donde se instaló a fines de los ochenta, tras jubilarse de su puesto de investigador en El Colegio de México. En las distintas revistas literarias en las que participó en México (Presencia, Clavileño, Revista Mexicana de Literatura, Diálogos, Plural, Vuelta), Segovia tradujo del francés, inglés e italiano. En forma de libro realizó numerosas traducciones, tanto por gusto como por necesidad, a lo largo de toda su vida. Entre las primeras cabe mencionar la Antología (1913-1966) de André Breton (México, Siglo XXI, 1973), los Poemas franceses de Rainer M. Rilke (Valencia, Pre-textos, 1997), Sentimiento del tiempo y La tierra prometida de Giuseppe Ungaretti (Pre-textos, 1998), Obra literaria. Poesía y prosa literaria de Gérard de Nerval (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2004), volumen con las obras completas de este autor, a las que dedicó buena parte de su vida. Las obras de teatro inglés constituyen también parte de sus retos y logros, entre ellas Salomé de Oscar Wilde (México, escenificada en Casa de la Paz, 1994) y una nueva versión del Hamlet de Shakespeare (México, Ediciones sin Nombre, 2004), de la que Pedro Serrano comenta que “es un ejemplo de maestría en el ejercicio de la traducción, una máquina mágica de relojería verbal, trayendo a nosotros un Shakespeare a la vez legible y clásico”. Su pasión por las cuestiones lingüísticas y literarias le convirtió en traductor idóneo de obras como Nuevos ensayos de lingüística general de Roman Jakobson (1976), Escritos de Jacques Lacan (1980), La tarjeta postal. De Freud a Lacan y más allá de Jacques Derrida (1986), Historia de la sexualidad 3 de Michel Foucault (1987), todas ellas en Siglo XXI (México), además de Estancias. La palabra y el fantasma en la cultura occidental (1995) y El lenguaje y la muerte (2003) de Giorgio Agamben (Valencia, Pre-textos) y Shakespeare, la invención de lo humano de Harold Bloom (Barcelona, Anagrama, 2002). En 1976 Segovia creó en El Colegio de México un programa para formación de traductores, que constituyó la primera diplomatura de traducción literaria del país. Tras treinta años de existencia se convirtió en 2004 en la Maestría en Traducción del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios. Aunque su permanencia al frente del programa duró poco, su impronta fue duradera. Segovia estaba convencido de que la calidad de la traducción tenía que ir acompañada de un reconocimiento sistemático de los derechos del traductor, tanto en términos legales y económicos como en lo referente a su reconocimiento profesional y artístico. En su opinión, traducir exige oficio y talento. El primero se adquiere, y Segovia reconocía con humildad que traducía cada vez mejor gracias a la experiencia adquirida: el traductor de Agamben o Nerval tenía poco que ver con el traductor inexperimentado de Lucien Fèbvre (Martín Lutero: un destino, México, Fondo de Cultura Económica, 1956) o de Victor Serge (Ciudad ganada, México, Joaquín Mortiz, 1970; Memorias de un revolucionario, México, Ediciones del Caballito, 1973). El talento es un “don” que ninguna escuela o teoría podría proporcionar. Indisociable de su actividad de escritura, la traducción originó en Segovia una profunda reflexión sobre el lenguaje y el conocimiento, que plasmó en varios ensayos, reunidos en Miradas al lenguaje (2007). Las constantes observaciones de Segovia sobre las lenguas, el lenguaje y sus usos abundan en los prólogos de los libros que tradujo, sus notas de traductor, los diálogos que sostuvo con Lacan o Derrida a la hora de traducir sus textos. Traducir, mantenía Segovia, es experimentar la línea tenue que separa la norma de la regla, en contra dela cual frecuentemente se pronunciaba; así, por ejemplo, en Miradas al lenguaje decía: “los traductores al español contamos con algunas condiciones peculiares que hacen nuestra situación particularmente complicada. Una de ellas es el Diccionario de la Real Academia de la Lengua”. Así como se rebelaba en contra del autoritarismo de la academia, Segovia tendía a rechazar toda teorización excesiva de la traducción, de la que el traductor, como artesano de la lengua, no podía beneficiarse. Español en México, mexicano en España: con esta doble pertenencia es como Tomás Segovia logró captar todas las riquezas de la lengua y la traducción, de la que fue un incansable obrador.
Bibl.: Anónimo, “Tomás Segovia traductor”, www.arteenlared.com/latinoa merica / mexico/tomas-segovia-traductor. html || Marianela Santoveña et al., De oficio, traductor, México, Bonilla, 2010. || Tomás Segovia, Miradas al lenguaje, México, El Colegio de México, 2007. || Tomás Segovia, “El oficio del traductor”, http:// cvc.cervantes.es/lengua/esletra/pdf/04/ 059_segovia.pdf || Pedro Serrano, “Hamlet y el verso en español; alrededores de la traducción de Tomás Segovia”, www.traduccionliteraria.org/coloquio2/actas/Se- rrano.pdf
Tine Wouters y Danielle Zaslavsky
1995 / 27 ago 2018 09:12
Tomás Segovia, nacido en Valencia, España y residente en México desde la infancia, se ha convertido en un poeta sobresaliente del mundo hispánico. Además de su inquietante labor crítica, libro a libro ha logrado mantener y elevar una voz absolutamente personal. Dice Guillermo Sucre:
el exilio para Segovia tiene un valor ontológico y no simplemente histórico; es una prueba de iniciación: nos destierra pero para luego arraigarnos, nos arroja de lo cubierto pero para hacer nacer de lo abierto una nueva morada. Tema de meditación y de creación poética hay que decir también que el exilio forma parte de la trama vital de este poeta [...] Anagnórisis (1967) es el libro que resume todas las experiencias y las tentativas creadoras de Segovia; es, en cierto modo, su suma poética. Tiene, para ello y en primer lugar, una vasta estructura. Esta estructura se corresponde con los movimientos de la memoria, una memoria doble: de lo ancestral y de lo vivido individualmente. El libro, así, discurre en un doble plano: uno mítico y otro existencial. Por una parte el poeta incursiona en los orígenes y en el tiempo ("el tiempo es una inmensa y silenciosa diáspora") y se adentra en las materias nutricias del hombre: evoca a Eurídice (el amor y la fatalidad, la madre y la muerte), a Mnemosine (la memoria misma). Por otra parte, van apareciendo los incidentes de su vida y sus desplazamientos en el mundo. Uno y otro plano se superponen continuamente; no discurren de manera paralela: se fusionan, se ajustan entre sí como un dibujo calcado sobre otro. Es así como el segundo plano de la vivencia personal se ve penetrado por la dimensión mítica del primero. Segovia vive su exilio como una fatalidad, pero justamente esa fatalidad es lo que lo inserta en un contexto más amplio: siente que cumple un destino que cualquier hombre, ha sobrellevado también.[1]
A su Poesía, 1943-1976 (fce, 1977) se han ido agregando títulos como Partición (Premià, 1976-1982) y Cantata a solas (Premià, 1985). Para José María Espinasa...
la imagen en la poesía de Segovia guarda un equilibrio difícil, su claridad es paradójica, más que transparente es transpasada. Por una eventualidad de la lectura la imagen queda siempre detrás de nosotros, empezamos a leer como si ya hubiéramos leído (transpasado) una imagen. Leemos así, en verdad, pero no es que la imagen sea el sentido, lo que pasa es que la imagen –en este caso–, para serlo, necesita pasar desapercibida, y se oculta con el procedimiento más seguro, descrito por Poe en la carta robada, se hace evidente, se nos muestra. Se hace evidente y se oculta: recuérdese que hablo de la imagen y no del sentido. Al principio dije que la unión o el trazo de una línea desde Bécquer hasta Segovia, era una manera retórica y esto no es del todo exacto. Estaba diciendo que la poesía de Segovia es una poesía amorosa y que, como la de Bécquer, necesita esta carcterística de la imagen.[2]
2005 / 19 oct 2018 16:05
Estudió en Francia y en el Marruecos francés, entre 1937 y 1940. Llegó a México como exiliado en 1940; regresó a España en 1998. De 1945 a 1952 estudió Letras Españolas en la Facultad de Filosofía y Letras (ffl) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) y en El Colegio de México (colmex) de 1953 a 1954. Impartió cátedra en el Instituto Francés de América Latina (ifal); fue profesor e investigador de la Universidad de Princeton y del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del colmex (1970-1984) y colaborador del Diccionario del Español de México (1977-1982). Participó en la fundación de la revista Presencia (1946), editor de Hoja Poética (1948) y jefe de redacción de Claridades literarias (1955). Fue colaborador regular de la Revista de la Universidad de México, Cuadernos Americanos, La Palabra y el Hombre, S.Nob, Plural y Vuelta, así como de diversos diarios y suplementos culturales como Unomásuno, "Ovaciones en la Cultura", "México en la Cultura" y "La Jornada Semanal", entre otros. Con Antonio Alatorre y Juan García Ponce fundó la "nueva época" de la Revista Mexicana de Literatura (1958-1963); fue director adjunto de Mundo Nuevo (París, 1966); jefe de redacción de Plural durante el primer año de la revista (1971-1972) y miembro del consejo de redacción de Vuelta (1976). En 1961 dirigió la Casa del Lago y fungió como editor de la Dirección General de Publicaciones de la unam. De 1962 a 1966 radicó en Montevideo, Uruguay, donde ocupó el cargo de jefe de biblioteca, documentación y publicaciones de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio.
Tomás Segovia, poeta y ensayista, crítico y traductor. Publicó también una novela corta y un drama en verso. Su labor literaria lo llevó a explorar diversos aspectos del oficio de escritor. Su obra de traductor de prosa y poesía es extensa y variada; tradujo, entre otros, a Ungaretti, Rilke, Pavese, Breton, Lacan. Su novela corta, Primavera muda, se desarrolla en el mundo problemático del adolescente. La acción de su pieza dramática, Zamora bajo los astros, aunque transcurre en la España de 1072, tiene un valor de actualidad por cuanto se discuten en ella, con sentido intemporal y fuerza poética: los eternos problemas de la conciencia y del sentimiento. Como poeta se distingue por expresar una voz lírica que canta al asombro y reflexiona ante la belleza y el dolor del mundo. En Luz de aquí presenta una ampliación temática y de vocabulario en torno a los recuerdos de infancia y a representaciones poéticas del alba, el mediodía, el invierno, enlazadas con paisajes metafísicos. Anagnórisis, poemario que resume todas las experiencias creadoras de Segovia y cuya estructura poética se construye desde lo mítico hasta lo cotidiano, recorre los intrincados caminos de la memoria individual y colectiva. Historias y poemas está dividido en tres secciones de diferente entonación pero de profunda unidad, en el que emplea con fluidez los recursos poéticos de la prosa y el verso. Terceto ofrece una poesía de introspección, intimista, cuya fuerza lírica está signada por la acostumbrada pesadumbre de la soledad. En Cuaderno del Nómada reúne quince poemas con base en diálogos silenciosos y cifrados, de exilio interior y de destierro existencial. Figura y secuencias, poemario en el que la figura de Eros representa la búsqueda de una raíz muy antigua detrás de los rostros presentes, intentando entender su sentido mítico. Las Secuencias son meditaciones en torno al tema del tiempo en un tono elegíaco. Bisutería también reúne una poesía intimista que evoca el tema del amor y la ausencia, mediante una diversidad de formas poéticas: villancicos, glosas, sonetos barrocos, y en la que se juega con la cotidianeidad en un tono irónico. En Fiel imagen y Misma juventud hay un vigoroso canto a la vida, así como una permanente búsqueda y un renovado encuentro de sí mismo. Personaje mirando una nube y Otro invierno son cuentos de carácter introspectivo compuestos por dieciséis narraciones que tratan, con un tono nostálgico, los temas del amor y el deseo, los recuerdos de infancia y juventud; en Otro invierno, libro de relatos, la búsqueda de la otredad es una constante, casi una obsesión. Cuaderno inoportuno reúne los artículos que publicó semanalmente con el mismo título en el periódico Unomásuno entre 1978 y 1979; en ellos reflexiona sobre temas de semiótica y lingüística, indaga sobre los derechos jurídicos de los creadores y hace una disección de las relaciones íntimas entre la mujer y el poeta. En Ensayos I (Actitudes/Contracorrientes), Ensayos II Trilla de asuntos y Sextante, Segovia reúne casi toda su obra ensayística dispersa en revistas literarias y suplementos culturales, a la vez que agrega textos inéditos, configurando un retrato de lo que fue la literatura y la cultura de esos años, así como su visión personal de la crítica literaria.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Casa del Lago Juan José Arreola
Centro Mexicano de Escritores
Centro Mexicano de Escritores
Premio Magda Donato
Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores
Vuelta. Revista mensual
Plural. Crítica y literatura
Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo
Cuadernos Americanos. La revista del mundo nuevo
La Palabra y el Hombre. Revista de la Universidad Veracruzana
S.NOB
La Jornada Semanal
Revista Mexicana de Literatura
Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios CELL (COLMEX)
El Colegio de México COLMEX
Revista de la Universidad de México
Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial (UNAM)