¿A qué obedece el título de este libro? El narrador registra las circunstancias en medio de las cuales conoció al señor de Aretal y pronto es seducido por la creciente equinización que advierte en su aventurero amigo: mueve el cuello como un caballo, camina como un caballo, ríe como un caballo. Pero, ¿quién es el señor Aretal? Alguien que está más cerca de la animalidad que del espíritu y es por eso que carece de pudor, menosprecia a las mujeres, es incapaz de sentir solidaridad por los amigos y nunca respeta la ley. Miente y finge. De alguna manera, esa equinización lo tranforma en centauro, híbrido de hombre y caballo, lo cual es tanto como decir que en la doble naturaleza del ser humano Aretal simboliza más el instinto y la cruda carnalidad que el espíritu.