2000 / 31 oct 2018 11:50
Una de las asociaciones más importantes que se fundaron en los últimos diez años del siglo fue la que estableció Eusebio Almonte con el significativo nombre de Sociedad Literaria Cuauhtémoc. Uno de los propósitos más interesantes de esta agrupación fue la protección decidida a las etnias. Se procuró desde luego que la mayor parte de los integrantes fueran descendientes realmente indígenas, y se exaltaron las civilizaciones indígenas como un antecedente del nacionalismo literario. Observemos que todavía a fin de siglo es motivo de preocupación el ‘nacionalismo’ de las letras, tema que se venía tratando desde la célebre Academia de Letrán.
Por iniciativa de su fundador se nombró presidente de la corporación al ya anciano y popular poeta Guillermo Prieto.[1]
La instalación de esta agrupación se efectuó el 5 de febrero de 1891, fecha en que se conmemora la promulgación de la Carta Magna de la Nación de 1857.
En el mes de abril de 1892 se suspendieron provisionalmente las sesiones, reinstalándose en agosto del mismo año.
La Sociedad Literaria Cuauhtémoc tuvo como órgano de difusión El Micrófono y después, en 1894, El Álbum de la Juventud. En sus páginas se publicaron artículos alusivos al auge que tomaba el movimiento literario llamado modernismo. Publicóse un artículo titulado “Los modernistas mexicanos”, en el que se decía, hablando de la nueva escuela, que los causantes de toda la polvareda eran Olaguíbel, Nervo, Valenzuela y Salado Álvarez.[2]
Cítase además a Rubén Darío como “la crema de los evolucionistas”, conocido ya por sus publicaciones Azul (1888) y Prosas profanas (1896); a José Juan Tablada, que daba la nota exótica; a Manuel José Othón, el autor de Poemas rústicos (1890-1892), y a Amado Nervo, el poeta nayarita que en unión de Jesús Valenzuela había fundado la Revista Moderna (México, 1898-1902) en la que colocaron Jesús Urueta, Balbino Dávalos, Rafael Delgado, Francisco M. de Olaguíbel, Manuel José Othón, José Juan Tablada, Alberto Leduc y José Inés Novelo.
Entre los miembros honorarios con que contó la Sociedad Literaria Cuauhtémoc tenemos a Porfirio Parra, Félix Romero, Justo Sierra, José María Vigil, Francisco de la Barra, Manuel Cervantes Ímaz, Manuel María Contreras, Francisco Díaz de León, Joaquín Eguía Liz, Manuel Fernández Leal, Justino Fernández, Manuel Flores, Joaquín García Icazbalceta, Francisco Martínez López, Ramón Manterola, Carlos Olaguíbel, Jacinto Pallares, Guillermo Prieto, Manuel Prieto, Manuel Romero Rubio, Francisco Sosa, Eduardo del Valle y Eduardo Viñas.
La directiva de la agrupación estuvo formada por las siguientes personas: presidente, Alberto de la Llera; vicepresidente, Faustino Estrada; secretario, Luis Jácome; prosecretario, Manuel M. Bermejo; tesorero, Manuel F. Silva; director del periódico, Faustino Estrada; administrador, Luis Jácome; bibliotecario, Carlos de Gante. Como miembros activos de la corporación debe citarse a Juan Besauri y Heriberto Frías. Hubo además socios corresponsales en Puebla, Apizaco, Veracruz, Colima y Hermosillo.
En las fechas en que se conmemoraba la función de la Sociedad Literaria Cuauhtémoc se organizaban veladas especiales en donde tomaba la palabra el presidente de la agrupación, indicando la finalidad principal de la asociación de velar por la literatura nacional.
Dávalos, Balbino Delgado, Rafael Frías, Heriberto Gante, Carlos de García Icazbalceta, Joaquín Leduc, Alberto Manterola, Ramón Nervo, Amado Novelo, José Inés Olaguíbel, Francisco Modesto de Parra, Porfirio Prieto, Guillermo Salado Álvarez, Victoriano Sierra, Justo Sosa, Francisco Tablada, José Juan Urueta, Jesús Valenzuela, Jesús E. Valle, Eduardo del Vigil, José María