Enciclopedia de la Literatura en México

El naranjo

mostrar Introducción

El naranjo o los círculos del tiempo, libro escrito por Carlos Fuentes en 1992, en conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América, plasma algunas ideas sobre la conquista que también desarrolla en su ensayo El espejo enterrado (1992)Contiene cinco relatos (“Las dos orillas”, “Los hijos del conquistador”, “Las dos Numancias”, “Apolo y las putas” y “Las dos Américas”) cuyos temas son la conquista, la irrupción violenta de un mundo en otro y cómo este fenómeno desemboca en un sincretismo cultural. Los relatos poseen un sustento histórico e incorporan elementos fantásticos. El factor común entre éstos es la aparición del naranjo. Se utiliza como símbolo de la cultura transterrada al ser un árbol que ha recorrido el mundo y se ha integrado a múltiples culturas. Aparece así en ambientes tan dispares como la España del siglo ii a. C, el Acapulco de finales del xx y la Nueva España del xvi; el naranjo representa el elemento que se abre camino y crece en tierras extranjeras. Con su aroma embriagante se adapta a cualquier clima y terreno para dar nacimiento a su fruto, que al igual que el sol dará vida a una nueva era.

Los relatos pueden leerse de manera autónoma y presentan un estilo narrativo propio, aunque constituyen, asimismo, una totalidad. Son narrados por un conquistador y comparten múltiples referencias. Fue publicado en 1993 por la editorial Alfaguara con un tiraje inicial de 10,000 ejemplares.

mostrar “Yo vi todo esto.” Argumento

“Las dos orillas” es un relato que emplea elementos de la crónica de Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva Españaentre ellos, un lenguaje arcaico que mezcla la precisión de los hechos históricos con impresiones personales y efectos narrativos. Se sitúa en la perspectiva de Jerónimo de Aguilar, uno de los traductores que acompañaron a Cortés durante su empresa. Aguilar, justo después de morir, recapitula los acontecimientos vividos y al final, en un giro inesperado, narra una visión futura de Andalucía tomada por los mayas. Aunque hay una evidente cercanía con la historia, la narrativa trasciende la precisión para favorecer la estética y ubica este relato dentro de la corriente transversalhistórica.

“Los hijos del conquistador” alterna a dos narradores: Martín i y Martín ii, hijos de Hernán Cortés, uno criollo y otro mestizo. Aquí, Fuentes se permite un estilo más contemporáneo para ilustrar, e incluso caricaturizar, a los personajes y al ambiente de la Nueva España inspirándose en la crónica de Juan Suárez de Peralta, La conjuración de Martín Cortés. Mediante las narraciones alternadas, los hermanos, rostros de sus respectivos grupos sociales e influidos por sus respectivas madres (Malitzin y Juana de Zúñiga, la esposa reconocida de Cortés), traslucen sus diferencias e inconformidades pero sin poder deslindarse entre sí debido a su padre en común. Martín i, el criollo, aunque posee ventajas sociales para exigir el legado de su progenitor, carece de la determinación de Martín ii. Se desata la primera revuelta independentista, cuyo objetivo es otorgar el poder al Martín criollo. Éste, aunque no participa directamente, lo acepta por convencimiento de su hermano. Al final son juzgados y tras este fracaso, envejecen y rememoran su vida desde la muerte.

“Las dos Numancias” reconstruye todo el proceso de conquista de España por parte de los romanos, culminando con la toma de Numancia. Fuentes se inspira principalmente en La destrucción de Numancia de Miguel de Cervantes. En el relato la ciudad es sitiada por Escipión Emiliano, último descendiente de una larga línea de conquistadores, no sólo para llevar la civilización romana a la península Ibérica, sino para ganarse el nombre que le fue conferido. El relato es contado por un narrador omnisciente, Escipión Emiliano, que se desliza entre diversos puntos de vista, que trasciende los siglos y se ubica en la perspectiva de todos los involucrados. Deja de ser un individuo para ser la colectividad y el tiempo, una paráfrasis de cómo la conquista, a la larga, crea un sincretismo que repercute eternamente hacia el futuro.

“Apolo y las putas”, el único relato puramente ficcional y escrito a manera de diario, sigue las andanzas de Vince Valera, un actor hollywoodense venido a menos que muere en el Acapulco contemporáneo y, como Jerónimo de Aguilar, los dos Martines y Escipión Emiliano, expande desde esta perspectiva su visión del mundo. Sólo mediante esta visión panorámica de la vida, Valera encuentra el lugar e identidad que siempre buscó.

“Las dos Américas” retoma el estilo de crónica del primer relato, esta vez basado en el Diario de abordo de Cristóbal Colón. Este relato hace énfasis en la función narrativa de la crónica y juega con el pasado del protagonista para plantearlo como una versión alterna en la que llega a las Antillas, no como el gran explorador, sino como náufrago. Colón se enamora del paraíso que descubre y decide ocultarlo a Europa. Permanece en la isla que, misteriosamente, se encuentra suspendida en el tiempo y oscila en el espacio. Cinco siglos después, en un mundo devastado, las Antillas son descubiertas y explotadas turísticamente por una corporación japonesa. Colón, abrumado por los acontecimientos, regresa a la casa de sus padres en un avión de aerolíneas Iberia.

mostrar “Las palabras viven en las dos orillas. Y no cicatrizan.” Contexto

En 1992 México atraviesa una acalorada controversia sobre los pros y contras del periodo de colonización española. Algunos académicos cuestionan el término “descubrimiento de América” por considerarlo una negación de la cultura indígena, presente en el territorio mucho antes de la llegada de los europeos. Carlos Fuentes hace su aportación a este debate con los dos libros de su llamado ciclo “la edad del tiempo” Terra Nostra El naranjo. En ellos analiza la relación entre las culturas americana y europea. Esta etapa se caracteriza por el desarrollo de una narrativa transversalhistórica, que implica un profundo sustento histórico, pero que deriva en una creación literaria que critica y analiza los hechos sin apegarse necesariamente a ellos. Prioriza la estética, se centra en la influencia bidireccional del pasado y el futuro para develar el presente como una mera convención ilusoria.  El autor, más tarde, desarrollará sus ideas referentes a la conquista y la hibridación cultural en sus libros de ensayo El espejo enterrado (1998) y La gran novela latinoamericana (2010).

En El espejo enterrado Fuentes busca despertar la conciencia de la conquista como un fenómeno ancestral que es detonador de cambio y expone su violencia pero también su naturaleza sincrética. Además, en La gran novela latinoamericana afirma que la lengua es el puente entre la imaginación y la memoria y que el castellano es actualmente el vínculo entre todos los pueblos indígenas de América, cada uno con su propia identidad y su propia lengua. Así, es el castellano también el canal de comunicación con los mestizos y blancos, lo considera el esperanto de nuestro continente: “De tal suerte que, aun en nombre de la autonomía y el reconocimiento culturales de los pueblos indígenas, el español es lengua de co-relación, de comunicación, de reconocimiento incluso de lo que no es español. El castellano es la lengua franca de la indiada americana.”[1] 

El naranjo hasta ahora ha sido una de las obras menos estudiadas de Fuentes, quizá porque algunos críticos como es el caso de Carrie C. Chorba lo acusan de sobrevalorar nuestra herencia española, restándole valor a la prehispánica, de dar un discurso incompleto de multiculturalidad.[2]

mostrar “En cada puño, llevo las pruebas de mi origen.” Recursos técnicos y temáticos

A lo largo del texto, los círculos del tiempo indicados en el título se hacen presentes a la manera de ondas concéntricas que reverberan en el agua y así, es representado con saltos cronológicos. Rompe con la linealidad del tiempo mediante los recursos de la prolepsis y la analepsis; saltos al pasado y al futuro intercalados en la narración. En “Las dos orillas”, por ejemplo, Jerónimo de Aguilar narra en el presente una visión futura de Andalucía conquistada por los mayas. Asimismo en “Las dos Numancias” se presenta toda la historia que presidió a Escipión Emiliano y los acontecimientos narrados. Hay numerosos guiños entre los relatos. En “Apolo y las putas” Vince Valera, el protagonista, renta un yate llamado “Las dos Américas” y, ya muerto, tiene una visión de sí mismo encarnado en personajes de los relatos anteriores. Tanto en “Las dos orillas” como en “Las dos Américas”, extremos del libro, se juega con el estilo narrativo de la crónica para lo cual hace descripción de eventos en pasado y primera persona con un lenguaje arcaico. Cuando Martín i se despide del cadáver de su padre, reacciona con terror al descubrir en él y sin explicación alguna, una máscara mortuoria, como la que María de la Gracia pone en el rostro de Vince Valera al sepultarlo. Cabe mencionar que la figura del estadounidense que viene a México a morir recuerda a Gringo viejo, del mismo autor.

En el libro es común la participación de un narrador omnisciente que inicia como un personaje con una perspectiva individual, pero que la traspasa junto con el tiempo mediante la muerte, como si sólo mediante esta expansión de la consciencia se pudiera apreciar el fenómeno de la conquista en toda su magnitud: sus repercusiones más allá de la violencia inmediata.

Además del naranjo, convertido en el símbolo de la cultura transterrada, el elemento común entre los relatos es la importancia concedida a la lengua. Así, mediante el poder de la palabra, Malitzin vence a Jerónimo de Aguilar y decide la conquista española. Son las palabras de Colón, inocentemente lanzadas al mar, las que despiertan la ambición civilizadora del siglo xx y lo llevan a encontrar el paraíso del marinero. Gracias a las palabras de su mentor, Escipión imagina el mundo detrás del sitio de Numancia y conserva su cordura. Martín ii demuestra que la cultura mestiza nace a través de su lenguaje. Por eso el libro plantea que el primer mestizo fue el hijo de Malitzin y no el de Gonzalo Guerrero, porque es la palabra, el sincretismo de la lengua, y no la sangre la que crea identidad. A través de la palabra vive el espíritu del conquistado y trasciende en el tiempo.

La narrativa de los relatos, aunque inspirada en las crónicas de conquistadores y exploradores, no se limita a reproducirlas, sino que las replantea insertando elementos fantásticos para denotar sus elementos subjetivos o elementos cómicos para ironizarlas. Lejos de devaluarlas, reconoce su valor literario. De esta forma, Fuentes no sólo nos hace dudar y reflexionar sobre la historia, también sobre nuestra percepción del tiempo y la realidad con detalles sutiles, pero constantes, como ideas de la física cuántica o inclusive del hinduismo. Cuando en “Las dos Numancias” Escipión Emiliano sobrepasa su conciencia individual y el tiempo, parece un guiño al concepto hinduista de Brahman.

mostrar “¿Por qué no nos dicen: ésta es la parte más peligrosa del viaje: aterrizar?” Recepción y crítica

El libro, presentado en mayo de 1993, recibió en general buenas críticas. Las opiniones coincidieron en que los temas ya habían sido tratados en su obra anterior, pero con una composición más ágil y accesible, pues hacía buen uso del discurso de cada personaje y llevaba al lector a una reflexión sobre la actualidad. En el semanario cultural Comala se hizo énfasis en el contraargumento que da el autor a eventos históricos para replantearlos con una nueva óptica.[3] A su vez, en el semanario cultural El Día se destaca el humor de la obra al señalar que cuestiona al ser humano desde su historia.[4] En el periódico Unomásuno se elogió los vínculos entre los relatos y el uso del narrador omnisciente.[5]  

Cabe destacar que la única reseña parcialmente desfavorable apareció en la revista Vuelta, seis meses después de la presentación. José Homero argumentó que el libro repite mucho de lo que considera un exceso verbal de Fuentes. Sin dejar de mencionar que, asimismo, admitió la originalidad de la construcción de los protagonistas y consideró que el libro plantea cuestiones universales al establecer una certera reflexión sobre el ser humano y la interacción entre el pasado y el presente.[6] 

De acuerdo con Majel Campbell, El naranjo plasma las ideas expresadas por Fuentes en su libro de ensayos El espejo enterrado que aborda el tema de la conquista en concordancia con el quinto centenario del descubrimiento de América. El texto busca despertar la conciencia de la conquista como un fenómeno ancestral y detonador de cambio. De esta manera, Campbell considera que el libro defiende la conquista como un fenómeno que derivó en una cultura más rica al unir la indígena con la hispana, a su vez ya enriquecida con la africana, árabe, griega y romana. Igualmente menciona que El naranjo cuestiona el machismo en la cultura mexicana al presentar personajes femeninos poderosos y autónomos como la Malinche en “La dos orillas”, Blancanieves en “Apolo y las putas” y las bailarinas que acompañan a Vince Valera.[7]

El postestructuralismo, surgido en el siglo xx, cuestiona los modelos filosóficos racionales y expone la subjetividad de la realidad. René Ceballos afirma que El naranjo responde a estas ideas al momento que no se preocupa por ofrecer una reproducción detallada de los acontecimientos históricos, sino que los transforma de forma abierta en literatura. Para él, Fuentes no se propuso mostrar “cómo fue descubierta América o encontrada o inventada, sino cómo fue y debe seguir siendo imaginada” como dice en El espejo enterrado. Así, considera el libro una novela transversalhistórica.[8]

mostrar Bibliografía

Campbell, Majel, Carlos Fuentes, mestizaje y la identidad mexicana, Georgia, University of Georgia, 2005.

Ceballos, René, “Las dos américas: re-descubrimiento del nuevo mundo”, Atenea (Concepción), núm. 496, 2007.

Chorba, Carrie C.,“Carlos Fuentes’s Multicultural Dream Betrayed in 'Las dos orillas'”, Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, núm. 3, vol. 28, 2004, pp. 479-500.

Collado, Fernando del, “Nadie más seductor que Carlos Fuentes, leyendo”, supl. cultural de El Día, 21 de mayo de 1993, p. 18.

Elvridge-Thomas, Roxana, “Carlos Fuentes: El naranjo o los círculos del tiempo”, Sábado, supl. de Unomásuno1993, p. 12.

Fuentes, CarlosEl naranjo o los círculos del tiempo, México, D. F., Alfaguara, 1993.

----, La gran novela latinoamericana, México, D. F., Alfaguara, 2010.

Homero, José, "El naranjo o los círculos del tiempo de Carlos Fuentes", Vuelta (México), núm. 205, 1993, pp. 40-41.

Mejía, Eduardo, “El naranjo: cuentos de Carlos Fuentes”, Comala, supl. cultural de El Financiero, 1993, pp. 6-7.

Suárez de Peralta, Juan, La conjuración de Martín Cortés, México, D. F., Universidad Nacional Autónoma de México (Biblioteca del Estudiante Universitario; 53), 1945.

mostrar Enlaces externos

Ortega, Julio, “Nueve relatos de Carlos Fuentes”, Nexos, (consultado el 10 de febrero de 2012).

de Toro, Alfonso, “Figuras de la hibridez: Carlos Fuentes, Guillermo Gómez Peña, Gloria Anzaldúa y Alberto Kurapel”, Universität Leipzig, (consultado el 17 de febrero de 2012).

Vargas Gil, Ernesto, “El naranjo y la condición circular del tiempo”, Revistas UAM, (consultado el 13 de febrero de 2012).

"En El naranjo, se reúnen mis más inmediatos placeres sensuales- miro, toco, pelo, muerdo, trago - pero también la sensación más antigua: mi madre, las nodrizas, las tetas, la esfera, el mundo, el huevo...".
En este libro, Carlos Fuentes juega con diversos mitos -el conquistador conquistado, la atemporalidad de la historia- y recorre las obsesiones típicas de su literatura. El árbol del naranjo, así, no sólo es el hilo conductor de los cinco relatos o novelas breves que conforman este volumen, sino una síntesis de la obra de Fuentes y, al mismo tiempo, el libro con el que se cierra el ciclo narrativo que él ha llamado "La edad del tiempo".
El naranjo es la cifra de la fertilidad, del mestizaje y de la nueva vida en otras tierras; representa el recuerdo de los pechos maternos, de la redondez de la tierra, y a partir de hechos históricos concretos (como el cerco de Numancia o la Conquista de México), de la condición circular del tiempo. 
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1993. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


En El naranjo, Carlos Fuentes juega con diversos mitos -el conquistador conquistado, la atemporalidad de la historia- y recorre las obsesiones típicas de su literatura.

El árbol del naranjo, así, no sólo es el hilo conductor de los cinco relatos o novelas breves que conforman este volumen, sino una síntesis de la obra de Fuentes y el libro con el que se cierra el ciclo narrativo "La edad del tiempo".

Cinco relatos donde Martín II, hijo de Cortés con Malinche, intercambia juicios sobre su padre y su madre con su hermano Martín I; Polibio de Megalópolis reflexiona sobre Escipión Emiliano; un galán de Hollywood, visita un prostíbulo de enanas en Acapulco; y un marinero genovés cuenta mentiras sobre el Nuevo Mundo. Caen los templos, las insignias, los trofeos. Caen los mismísimos dioses. Y con sus restos humeantes se reinventa el orden mientras las semillas de un árbol emblemático vuelven a cruzar el mar.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.



MATERIAS RELACIONADAS
 

OBRAS RELACIONADAS TEMÁTICA O FORMALMENTE