Enciclopedia de la Literatura en México

El mono gramático

mostrar El mono gramático

El mono gramático de Octavio Paz es un libro que participa de varios géneros. Puede concebirse como el relato de un viaje a Galta, un pequeño pueblo de Nueva Delhi; un ensayo en el que se reflexiona sobre el proceso creador y el viaje; y un poema en prosa en el que una voz lírica explora tanto su interior como sus vínculos con la poesía. El libro contiene muchas de las preocupaciones filosóficas, constantes en el escritor, que se relacionan con el lenguaje, el otro, la religiosidad y la palabra poética como fuente de conocimiento de nuevas realidades. Le singe grammairien (El mono gramático) aparece por vez primera en 1972, traducido al francés por Claude Esteban para la colección Les Sentiers de la Création (Los senderos de la creación), dirigida por Albert Skira y Gaëtan Picon; en su catálogo se incluyen obras de René Char, Henri Michaux y Roger Caillois. La versión original, en español, aparece en 1974 en la editorial Seix Barral.

mostrar Un libro cruzado por múltiples intertextos

El mono gramático es atravesado por un sinfín de intertextos que nutren las reflexiones planteadas a lo largo del libro: las teorías de Mallarmé sobre la poesía, textos de la tradición hindú y un acervo amplio de referencias filosóficas —Nietzsche, Hegel, Zambrano, el propio Marx— son algunos de los enclaves que surgen de su lectura. La referencia a la tradición religiosa hindú se plantea desde el título de la obra. Hanuman, o dios mono, aparece como una entidad simbólica recurrente a través de la que se signa el paisaje emotivo y el sustrato profundo esgrimido en los textos. Adolfo Castañón asegura, a partir de una carta que le escribe Paz a Reyes en 1952, que su contacto con la literatura hindú puede remontarse a varios lustros antes de la aparición de El mono gramático.

El vínculo con el lenguaje aparece en diversos planos: en primer lugar, es parte del andamiaje descriptivo, pues el mono aparece como elemento central del paisaje descrito por el viajero, en segundo lugar, es motivo y símbolo de las interrogantes en torno al lenguaje, pues Hanuman es propiciador de la palabra poética, fuente original; de ahí que su presencia relacione la poesía con lo sagrado y produzca, en buena medida, la extrañeza de la mirada ante los signos. Todo en Galta, pequeña región de Nueva Delhi, puede leerse como si se tratara de ese gran libro del universo al que Mallarmé se refería cuando meditaba en la relación entre mundo y lenguaje.

La obra comienza con el relato de un caminar azaroso. Ya desde el primer apartado, cuyo preámbulo es un epígrafe de John Dowson en el que se cita un breve fragmento del Ramayana sobre la perfección del mono jefe (Hanuman) como uno de los autores de la gramática, se prefiguran las búsquedas centrales de la voz que inicia su recorrido. A través de descripciones morosas, de un léxico cuidado e imágenes recurrentes, se comienza a tejer el trasfondo que domina el sentido global de la obra. Uno de los ejes predominantes es la confrontación entre experiencia y escritura. Al igual que la teoría de Mallarmé destinada a reflexionar en la ausencia que tiene lugar en la poesía, Paz esboza esta premisa a través de la imagen de un camino que, en cuanto es escrito, de inmediato desaparece.

Urdir un universo de ausencias es uno de los temas fundamentales en El mono gramático, por eso el camino que sigue la voz desaparece, como se ausentan la luz, la mesa en el patio donde se hospeda el personaje, la risa de Esplendor, quien representa a la mujer, símbolo de la fertilidad y del amor y toda la realidad que la voz poética presencia:


Fantasmas que danzan al girar, avanzan, retroceden, se inmovilizan, desaparecen aquí, reaparecen allá: apariciones sin sustancia, ceremonias de polvo y aire. También esto que escribo es una ceremonia, girar de una palabra que aparece y desaparece en sus giros. Edifico torres de aire.


Siguiendo las teorías de Mallarmé, El mono gramático recrea la teoría de la impersonalidad. En efecto, gracias a una constante interrelación genérica, los registros se someten a una reiterada oscilación: transitan del ensayo a la narración cuando se relatan breves historias aún en el lenguaje lírico explotado a lo largo de la obra, de ahí que sea imposible hablar de una voz definida o personal; su carácter, en cambio, corresponde a ésa que constantemente se anula, niega y transmuta para romper con la monotonía de un yo estructurado.

En El mono gramático late la pregunta constante de qué implica escribir y quién lo hace: “no, digo que voy y vengo sin cesar pero no me he movido, como el árbol no se ha movido desde que comencé a escribir, otra vez las expresiones inexactas: comencé, escribo, ¿quién escribe esto que leo?, la pregunta es reversible: ¿qué leo al escribir: quién escribe esto que leo?”. Todo lo que sucede en este recorrido está conectado con el lenguaje, con la pregunta de la escritura y con las interrogantes de la propia poesía hacia su mismidad. Tampoco se pueden obviar, al respecto, las apropiaciones que Paz retoma de las vanguardias que, dentro de sus características comunes y compartidas por los movimientos particulares, tenían la pretensión inicial de ser expresiones artísticas comunitarias, manifestaciones colectivas que anulaban la figura del artista como un “pequeño dios” o un genio creador, al modo romántico. En la producción de Paz, estas dos concepciones estarán unidas; por un lado, el sentido universal que despoja al texto de voces concretas en busca de una expresión general, impersonal, pero por otro, la idea del poeta como un descubridor de nuevas realidades, una excepción, porque encuentra las correspondencias veladas al ojo común.

Vinculado con lo anterior, existe en El mono gramático una relación entre la poesía y lo sagrado que es otra de las constantes de su obra, manifestada desde “Poesía de soledad y poesía de comunión”; compartida con el pensamiento español de la posguerra representado por María Zambrano y José Ángel Valente, figuras cercanas a Paz y que, como él, utilizarán la palabra poética nutriéndola de referencias del romanticismo alemán y de la teoría de la videncia de Arthur Rimbaud. La crítica en torno al primer Paz, cuyos trabajos corresponderían a los años treinta, recalca las apropiaciones de la literatura romántica por parte del poeta mexicano: Novalis, Schlegel, Goethe y Gérard de Nerval serán algunas de las presencias determinantes en algunos trabajos ensayísticos relevantes como El arco y la lira (1956) y Los hijos del limo (1974). En El mono gramático algunos postulados de dicho movimiento continúan ejerciendo una presencia significativa. La poesía será así, en el libro, un medio para conocer y experimentar nuevas realidades; mismas que se encuentran veladas para la comunicación habitual. También la palabra tendrá un vínculo importante con el erotismo y en ello es posible rastrear la influencia de Bataille; en buena medida, el léxico proliferante, a menudo referido a un campo semántico concerniente al amor, relaciona el erotismo con la muerte. Las tres vías de revelación en la obra de Paz, señaladas por Ramón Xirau (la imagen, el amor y el sentimiento de lo sagrado), en El mono gramático dialogan en un ámbito minoritariamente frecuentado por la poesía de Occidente y se convierten en medios de acceso al conocimiento. En este sentido, Adolfo Castañón sugiere que el texto puede ser leído a su vez “como una reescritura y una virtuosa traducción del Ramayana y de otros libros de la literatura sánscrita y clásica de la India”.

La poesía invoca el paisaje de los signos. En ella se esconde un sentido último, originario, que en El arco y la lira, a juicio de Paz, despliega toda su potencialidad analógica. El poeta, uniendo y correlacionando todas estas apropiaciones y textos ocultos, es una figura compleja que Paz define así en El mono...:


El poeta no es el que nombra las cosas, sino el que disuelve sus nombres, el que descubre que las cosas no tienen nombre y que los nombres con las que los llamamos no son suyos. La crítica del paraíso se llama lenguaje: abolición de los nombre propios; la crítica del lenguaje se llama poesía: los nombres se adelgazan hasta la transparencia, la evaporación. En el primer caso, el mundo se vuelve lenguaje; en el segundo, el lenguaje se convierte en mundo. Gracias al poeta el mundo se queda sin nombres. Entonces, por un instante, podemos verlo tal cual es —en azul adorable. Y esa visión nos abate, nos enloquece; si las cosas son pero no tienen nombre: sobre la tierra no hay medida alguna.

mostrar Universo de contrarios

Como en toda la obra poética de Paz, en El mono gramático prevalecen ciertas figuras y recursos fundamentales cuya incidencia resulta importante en los contenidos recurrentes desarrollados por el poeta. Casi toda la crítica elaborada en torno a Paz advierte la presencia de un universo de contrarios coexistentes en el espacio textual. Las propias figuras retóricas que el autor utiliza con frecuencia son el oxímoron, la contraposición, el paralelismo, etc., siempre entre dos elementos opuestos. Sin embargo, esta correlación de los contrarios encarna una situación más compleja que trasciende el mero artificio verbal. Configura una dialéctica que engloba las grandes líneas temáticas presentes en muchas de sus obras: el tiempo, el movimiento, el espacio, la muerte, el amor. Estudiosos de Paz como Ramón Xirau, Adriana de Teresa, Pere Gimferrer, Rubén Medina, Roland Forgues y muchísimos más señalan vínculos con la filosofía hegeliana y la concepción dialéctica de la misma. La condición de ésta no sólo implica la oposición de los contrarios, sino su reconciliación; es esto lo que sucede simplificadamente en la obra de Paz.

En El mono gramático la reconciliación es un tema recurrente y es, incluso, uno de los principios explícitos en la obra: “Aparece, reaparece la palabra reconciliación. Durante una larga temporada que me alumbraba con ella, bebía y comía de ella. Liberación era su hermana y su antagonista”. De ahí que cuando los contrarios aparecen en el texto, sean sujetos a la perpetua comunión en la que, para existir, necesitan de su contrario. A este procedimiento psíquico, estudiado por la psicología profunda de Carl Jung, los alquimistas medievales lo denominaron complexio oppositorum. Llámese de éste u otros modos, abriga el deseo humano de recuperar una unidad primigenia. En la obra de Octavio Paz, la unión de los opuestos implica la compleja interrelación de fuerzas discordantes que no pueden existir aisladas sino que se necesitan la una a la otra para coexistir. El proceso mediante el cual Paz logra crear este sentido es la analogía. Ésta opera por una comparación ejecutada en diversos niveles; en El mono gramático está destinada a cuestionar las encrucijadas que pensar el lenguaje poético suscita. Por eso a lo largo de la obra existe la inquietud por vislumbrar el papel del silencio frente al habla del poeta y el papel de lo no-dicho.

La paradoja es otra de las figuras de pensamiento empleadas, enfatiza las ineludibles contradicciones del lenguaje poético, en el que lo que se dice no es tan importante como lo que se calla. También en la disyuntiva que Paz plantea entre la experiencia y la poesía subyacen esas paradojas: alguien escribió determinada experiencia, está en el libro, se puede leer, sin embargo, no hay “realidad” en la página, en ella la sensación y la percepción sólo son evocadas pero no se materializan, están huecas como los signos, son un universo etéreo, que se resiste a ser pronunciado, cuyo hondo carácter es guardar silencio.

Paralelas a las figuras lógicas, El mono gramático propone una serie de tropos léxicos, semánticos y rítmicos que orquestan los cuestionamientos centrales; aliteraciones, metáforas, símiles, repeticiones, elipsis, sinonimia y otras, se encuentran en continuo juego verbal. Por su parte, la estructura global del libro, dividida en capítulos breves, económicos e, incluso, con una realidad independiente del conjunto, hacen de este libro, un espacio que le toca armar al propio lector. Dentro del ideario sobre la “modernidad” que Paz dibujaba en sus ensayos, El mono gramático cumple con una estructura que pone todo el peso en el lector quien es quien reconstruye la realidad textual, esta pretensión es, sin duda, una de las más importantes para el siglo XX y para la literatura nacida después de las vanguardias.

Ingrid Solana

Fundación para las Letras Mexicanas

mostrar Bibliografía

1. Aguilar Mora, Jorge. La divina pareja: historia y mito en Octavio Paz. México: Era, 1978.

2. Barthes, Roland. El susurro del lenguaje. Barcelona: Paidós, 2002.

3. Blanchot, Maurice. El diálogo inconcluso. Caracas: Monte Ávila, 1993.

4. _____________. El espacio literario. Barcelona: Paidós, 2000.

5. Castañón, Adolfo. “El mono gramático: Cima y testamento”. Letras Libres. No. 183, marzo 2014. 42, 43.

6. Forgues, Roland. Octavio Paz: el espejo roto. Murcia: Universidad de Murcia, 1992.

7. Gimferrer, Pere. Lecturas de Octavio Paz. Barcelona, Anagrama, 1980.

8. Hozven, Roberto. Octavio Paz: viajero del presente. México: El Colegio Nacional, 1994.

9. Ledesma Rodríguez, Xavier. El pensamiento político de Octavio Paz: las trampas de la ideología. México: Plaza y Valdés Editores, 1996.

10. Medina, Rubén. Autor, autoridad y autorización: escritura y poética de Octavio Paz. México: El Colegio de México, 1999.

11. Paz, Octavio. Obra poética (1935-1988). México: Seix Barral, 1999. 514, 535, 560, 552.

12. Valente, José Ángel. Las palabras de la tribu. Barcelona: Tusquets, 1994.

13. Xirau, Ramón. Octavio Paz: el sentido de la palabra. México, Joaquín Mortiz, 1970.

mostrar Enlaces externos

1. Cartelet, Penélope. “El redescubrimiento del lenguaje: teoría y práctica poética en El mono gramático de Octavio Paz”. (Consultado el 26 de febrero de 2012).

2. Erlij, David. Octavio Paz: un encuentro en Cambridge. México: Letras Libres. No. 54, Junio 2003.  (Consultado el 15 de marzo de 2012).

3. Trujillo Montón, Patricia. “Octavio Paz: un crítico literario moderno”. (Consultado el 02 de mayo de 2012).

Octavio Paz, nacido en México en 1914, es una de las figuras capitales de la literatura hispánica contemporánea. Su obra poética comprendida entre 1935 y 1957 ha sido recogida en el volumen Libertad bajo palabra (1958). Salamandra (1962) y Ladera Este (1969) reúnen su producción poética posterior. No menor en importancia y extensión es su obra ensayística, que comprende los siguientes títulos: El laberinto de la soledad (1950), El arco y la lira (1956), Las peras del olmo (1957; Seix Barral, 1972), Corriente alterna (1967), Claude Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo (1967), Marcel Duchamp o el castillo de la pureza (1968) y su reedición ampliada Apariencia desnuda (1973), Conjunciones y disyunciones (1969), Posdata (1970), El signo y el garabato (1973) y Los hijos del limo (Seix Barral, 1974). En Versiones y diversiones (1973) reunió sus traducciones poéticas.

A la vez vasta reflexión y poema en prosa, El mono gramático es una de las obras más importantes de Octavio Paz. Dos escenarios convergentes —el camino de Galta, en la India, y un jardín de Cambridge— son el punto de partida de una indagación en torno al sentido del lenguaje y sus relaciones con la realidad fenoménica, en torno al juego de secretas correspondencias entre idea y verbo, palabra y percepción, erotismo y conocimiento. Los mitos cosmogónicos orientales y los arquetipos revelados en el arte romántico —Delacroix— o en el arte de los dementes —Richard Dadd— convergen ocultamente; el budismo tántrico, en tanto que experiencia mística de lo absoluto, se revela afín a la revelación poética. El fulgurante genio expresivo de Paz hace de El mono gramático una constelación de signos e imágenes, de presencias fonéticas y semánticas, que estallan con silencioso resplandor en el campo de batalla de la página en blanco. 

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1974. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Octavio Paz, nacido en México en 1914, es una de las figuras capitales de la literatura hispánica contemporánea. Su obra poética comprendida entre 1935 y 1957 ha sido recogida en el volumen Libertad bajo palabra (1958). Salamandra (1962) y Ladera Este (1969) reúnen su producción poética posterior. No menor en importancia y extensión es su obra ensayística, que comprende los siguientes títulos: El laberinto de la soledad (1950), El arco y la lira (1956), Las peras del olmo (1957; Seix Barral, 1972), Corriente alterna (1967), Claude Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo (1967), Marcel Duchamp o el castillo de la pureza (1968) y su reedición ampliada Apariencia desnuda (1973), Conjunciones y disyunciones (1969), Posdata (1970), El signo y el garabato (1973), y Los hijos del limo (Seix Barral, 1974). En Versiones y diversiones (1973) reunió sus traducciones poéticas.

A la vez vasta reflexión y poema en prosa, El Mono Gramático es una de las obras más importantes de Octavio Paz. Dos escenarios convergentes —el camino de Galta, en la India, y un jardín de Cambridge— son el punto de partida de una indagación en torno al sentido del lenguaje y sus relaciones con la realidad fenoménica, en torno al juego de secretas correspondencias entre idea y verbo, palabra y percepción, erotismo y conocimiento. Los mitos cosmogónicos orientales y los arquetipos revelados en el arte romántico —Delacroix— o en el arte de los dementes —Richard Dadd— convergen ocultamente; el budismo tántrico, en tanto que experiencia mística de lo absoluto, se revela afín a la revelación poética. El fulgurante genio expresivo de Paz hace de El Mono Gramático una constelación de signos e imágenes, de presencias fonéticas y semánticas, que estallan con silencioso resplandor en el campo de batalla de la página en blanco. 

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1996. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Obra inclasificable, poema en prosa y reflexión, El mono gramático es uno de los libros cardinales de Octavio Paz. En dos escenarios convergentes se teje y se desteje una indagación en torno al sentido del lenguaje y sus relaciones con la realidad, en torno al juego de secretas correspondencias entre idea y verbo, palabra y percepción, erotismo y conocimiento. Una obra cuyo título alude a Hánuman, uno de los héroes del Ramayana, el poema épico que relata las hazañas de Rama y sus amores con Sita. El emisario de Rama es Hánuman, el viento, el mensajero divino que es también poeta y gramático. Los mitos cosmogónicos orientales y los arquetipos revelados en el arte romántico o en el arte de los dementes confluyen ocultamente; el budismo tántrico, en cuanto experiencia mística de lo absoluto, se revela afín a la revelación poética:
"Escogí un camino y me eché a andar. El camino de Gaita, una localidad en ruinas cerca de Jaipur, habitada por una casta de parias y por bandadas de monos. La analogía entre el acto de escribir y el de trazar un camino es obvia; también lo es que el acto de leer equivale a recorrer un camino sólo que al leer disipamos el texto que leemos y al caminar borramos el sendero. Las correspondencias entre el escribir y el inventar un camino que es un paisaje, y entre leer y separar como en el sacrificio el paisaje en diversos fragmentos hasta disiparlo finalmente engendra otra analogía: la del cuerpo como un lenguaje que se une y separa. Escritura, lectura, sacrificio, 
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


A la vez vasta reflexión y poema en prosa, El Mono Gramático es una de las obras más importantes de Octavio Paz. Dos escenarios convergentes —el camino de Galta, en la India, y un jardín de Cambridge— son el punto de partida de una indagación en torno al sentido del lenguaje y sus relaciones con la realidad fenoménica, en torno al juego de secretas correspondencias entre idea y verbo, palabra y percepción, erotismo y conocimiento.

Los mitos cosmogónicos orientales y los arquetipos revelados en el arte romántico —Delacroix— o en el arte de los dementes —Richard Dadd— convergen ocultamente; el budismo tántrico, en cuanto experiencia mística de lo absoluto, se revela afín a la revelación poética. El fulgurante genio expresivo de Paz hace de genes, de presencias fonéticas y semánticas, que estalla con silencioso resplandor en el campo de batalla de la página en blanco.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.



MATERIAS RELACIONADAS
 

OBRAS RELACIONADAS TEMÁTICA O FORMALMENTE

  • Libertad bajo palabra : obra poética 1935-1957
    Paz, Octavio
    Poesía -
    México, D. F.
    Fondo de Cultura Económica
    1960

  • Árbol adentro
    Paz, Octavio
    Poesía -
    México, D. F.
    Seix Barral (Biblioteca Breve)
    1987
    Árbol adentro reúne los poemas escritos por Octavio Paz después de Vuelta (1976), su último volumen de poesía hasta la fecha [1987]. El libro está dividido en cinco secciones, más una de notas complementarias: la primera, compuesta por poemas cortos, de tono lírico, cuyo tema central es el tiempo, a la vez fugitivo y estable; la tercera, por poemas que se encaran al sol de la muerte («un sol más vivo», en palabras de Sandoval y Zapata ); la segunda y la cuarta, dedicadas a amigo...
  • Ladera este (1962-1968)
    Paz, Octavio
    Poesía -
    México, D. F.
    Joaquín Mortiz (Las Dos Orillas)
    1969

  • Pasado en claro
    Paz, Octavio
    Poesía -
    México, D. F.
    Fondo de Cultura Económica (Letras Mexicanas)
    1975
    Estos poemas, escritos en la década de los sesenta, que se suman a la extensa y riquísima producción del mayor poeta mexicano del siglo XX. La obra poética de Paz ya no requiere presentación sino dispuesta y atenta lectura.