Domingo es la continuación de un verso inacabado, el envoltorio color plata de lo que desenvolvemos deprisa y saboreamos despacio. Es un ser mítico gigante, eterno y sin nombre, un brazo de mar que arrasa un carrusel vacío.
Son miles los domingos acumulados en el cuerpo, instantes de palabras vacías y personas fugaces. Ráfagas de belleza y hastío, días letárgicos en la desgarradora certeza de un momento que no volverá jamás.
Nadie sale indemne del último día de la semana.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2019. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.