El periodismo en general y el cultural en particular suele tener una vinculación estrecha con la literatura: la imagen emblemática es la de Gabriel García Marquez, quien siempre se consideró reportero. Y si nos vamos bastante más atrás, en la tradición mexicana podríamos nombrar a Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez o Ignacio Manuel Altamirano, por mencionar sólo a algunos; sin olvidar, por supuesto, plumas más contemporáneas, como las de Alma Guillemoprieto, Jon Lee Anderson, Cristina Pacheco o Leila Guerriero. He aquí un primer intento por reflexionar acerca del quehacer del periodismo cultural; a fondo en algunos casos o superficialmente en otros, estamos ante la oportunidad de conocer los desafíos y las posibilidades de una tarea que se ejerce con pasión y con presión. No están todos los que somos, ni somos todos los que estamos, las ausencias son inevitables, pero sí se puede ofrecer un buen panorama de lo que es el periodismo cultural en las primeras décadas del siglo XXI.