Enciclopedia de la Literatura en México

José Rosas Moreno

Ángel Muñoz Fernández
1995 / 07 ago 2017 12:24

Nació en 1838 y murió en 1883 en Lagos de Moreno, Jalisco. Escritor, periodista y poeta. Cultivó la fábula e inició los ensayos del teatro infantil. Liberal, varias veces diputado federal. Se le llamó "El poeta de la niñez". Fundó los periódicos El tío canillitas, La madre celestina, La educación, El álbum literario, La edad infantil y Los chiquitines.

José Ignacio Rosas Moreno nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el 14 de agosto de 1838 y murió en esa misma población el 13 de julio de 1883. Dice Juan de Dios Peza (1900) que fueron sus padres don Ignacio Rosas, labrador honrado e inteligente, y doña Olalla Moreno, hija de don José María Moreno, hermano de don Pedro Moreno, compañero segundo de Mina y defensor del fuerte de El Sombrero, y de doña Olalla Torres. Nuestro autor contrajo nupcias con Amanda Obregón y Martín del Campo. El matrimonio procreó dos hijos: Fernando y José. Los biógrafos contemporáneos de José Rosas –básicamente Ignacio Manuel Altamirano, Francisco Sosa y Juan de Dios Peza– no establecieron con precisión la formación académica del vate laguense. Según ellos, en el Colegio de San Gregorio en la Ciudad de México cursó latinidad, y en el Colegio de Minería el primer curso preparatorio. Vuelto a Guanajuato en 1854, perfeccionó su educación profesional. Se puede inferir de su novela didáctica infantil Un viajero de diez años (1881) que José Rosas estudió en el Colegio de la Compañía, en Guanajuato, pero es un dato que no se ha confirmado. Peza asegura que, perseguido en tiempos de Miramón por sus opiniones políticas liberales, tuvo que abandonar el colegio y refugiarse en la Sierra de Santa Rosa, para ser más tarde atrapado en Dolores y preso en Guanajuato algunos días. Regresó a Lagos donde fue nuevamente perseguido.

José Rosas Moreno se dedicó a las letras y a la política desde muy joven, y en tiempo de Antonio López de Santa Anna sufrió persecuciones y cárcel. Según Peza, en 1866 Rosas volvió a León, donde fue regidor del Ayuntamiento, y después, en 1862, miembro de la Junta de Instrucción Pública. Al triunfo de la República en 1867, Rosas fue electo diputado por León al Congreso general; sin embargo, “graves cuidados de familia” le impidieron desempeñar su alto encargo.

José Rosas pertenece a la generación de poetas (1853-1863) determinada por el ideal literario y patriótico acrisolado frente a las guerras de intervención y la dictadura de López de Santa Anna, acaudillada por Ignacio M. Altamirano, Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto. Altamirano incluía en esta generación a Leandro Valle, Juan Díaz Covarrubias, Juan y Manuel Mateos, Juan y Ramón Valle, Vicente Riva Palacio, José Rivera y Río, Julián Montiel, Alfredo Chavero, Juan de Dios Arias, José María Ramírez, Eduardo Ruiz y José Rosas.

Considerado el mejor fabulista mexicano, también José Rosas fue aplaudido como dramaturgo, poeta y autor de libros de texto para niños, así como de periódicos para ellos; por esto fue considerado “El cantor de la niñez”. Francisco Monterde considera que las primeras obras de teatro infantiles de nuestro país fueron hechas por él, aunque hay evidencia de que José Joaquín Fernández de Lizardi escribió e intentó obtener permiso para representar obras infantiles. Además de escritor, Rosas fue diputado, funcionario público, librero e impresor. Un dato importante de su labor es que en 1873 fundó la Imprenta y Librería de los Niños, la primera de su tipo en nuestro país. Ahí publicó, además de una colección de textos didácticos y de lectura recreativa que llamó Biblioteca Infantil, su periódico Los Chiquitines, y seleccionó las mejores obras literarias y didácticas para niños de sus contemporáneos. Asimismo, en ella imprimió el periódico político El Ahuizote para Vicente Riva Palacio.

En su actuación política destaca que José Rosas fue diputado al Congreso de la Unión por el distrito de León en 1867, 1870, 1872, 1874, y 1879; así como también diputado de la legislatura del estado de Guanajuato (1877). De igual forma desempeñó los siguientes cargos públicos: regidor del Ayuntamiento de León, Guanajuato; miembro de la Junta de Instrucción Pública (1862) en ese mismo estado; director del Boletín Municipal. Órgano informativo del Ayuntamiento de México (entre el 10 de octubre de 1872 y hasta el 31 de enero de 1873), y jefe de Instrucción Pública en el Estado de México (1881).

En un periodo de intensa vida asociativa nacional, perteneció a numerosas asociaciones: Veladas Literarias, Bohemia Literaria, Liceo Hidalgo, Sociedad Nezahualcóyotl, Sociedad Juan Ruiz de Alarcón, Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Sociedad El Porvenir, Sociedad de Escritores Dramáticos Eduardo de Gorostiza, Asociación Gregoriana, Asociación Gregoriana de Auxilios Mutuos, Sociedad Mutualista de Escritores. Fue presidente de la Sociedad de Enseñanza Popular de León (1870), que sostenía escuelas gratuitas para artesanos.

Nuestro autor dio a conocer textos suyos en diversas publicaciones periódicas, entre las cuales se pueden citar las siguientes: El Renacimiento. Periódico Literario; La Sociedad, Periódico Político-Literario de la Sociedad Católica; La Orquesta. Periódico Omniscio, de Buen Humor y con Estampas; El Domingo. Semanario Político y Literario; La Ilustración Potosina. Semanario de Literatura, Poesía, Noticias, Descubrimientos, Variedades, Modas y Avisos; El Siglo Diez y Nueve; El Federalista. Edición Literaria; El Radical. Edición Literaria de los Domingos; El Eco de Ambos Mundos. Periódico Universal. Política, Literatura, Artes, Ciencias, Industria, Comercio, Medicina, Tribunales, Agricultura, Teatros, Modas, Anuncios; El Porvenir. Periódico Mensual. Órgano de la Sociedad Científica, Artística y Literaria “El Porvenir”. Según sus contemporáneos, Francisco Sosa y Juan de Dios Peza, publicó también en El Búcaro y El Estudio. Sin firma aparecieron algunas de sus fábulas y su poema sobre la geografía de México en La Enseñanza. Revista Americana de Instrucción y Recreo. Álbum de los Niños, en 1871, es decir, antes de la edición príncipe de sus fábulas.

Aunado a lo anterior, José Rosas escribió y seleccionó los textos de La Edad Feliz. Seminario Dedicado a los Niños y a las Madres de Familia (1873) y Los Chiquitines. Diario Infantil, Joco-serio, con Estampas y Caricaturas (1874); fundó y participó en la redacción y creación de La Educación. Periódico de la Sociedad de Enseñanza Popular (1871-1873); fundó El Ferrocarril. Periódico Independiente de Administración y Variedades (1878).

Entre sus obras se encuentran: Poesías (1864), Fábulas adaptadas por el Ayuntamiento de México para servir de libro de lectura en las escuelas municipales (1872), Fábulas (1872), Libro de la infancia. Pensamientos, cuentecitos, anécdotas, máximas, sentencias y consejos morales (1872), Recreaciones infantiles: escenas, cuentecitos y apólogos en prosa y verso (1873), Libro de oro de las niñas: nuevas lecciones de moral en verso (1874), Lecciones de moral en verso (1874), Nuevo compendio de la historia de México escrito en verso por José Rosas y dedicado a la infancia mexicana. Primera parte. Los toltecas (1877), A la virgen del Refugio (1881), Un viajero de diez años. Relación curiosa e instructiva de una excursión infantil por diversos puntos de la República Mexicana (1881), Sor Juana Inés de la Cruz. Drama en tres actos y en verso (1882), Un proyecto de divorcio (1883), Nuevo amigo de los niños (1884), Un libro para mis hijos (1889), Hojas de rosa. Poesías (1891), Mosaico infantil: arte de la lectura y apólogos color de cielo. Nuevo libro de lectura (1891), La ciencia de la dicha (s.a.).

En su tiempo, la producción literaria de José Rosas fue apreciada por su lirismo, sencillez, elevación, corrección y bondad. Se le reconoció por su poesía y su dramaturgia, y por haber dedicado buena parte de su obra escrita a la niñez. Con prólogo de Altamirano, tras haber sido aceptadas por la Academia de Ciencias y Literatura en 1872, con dictamen de Francisco Pimentel, como libro de lectura en las escuelas públicas, sus fábulas pervivieron en el canon transmitido por la educación formal en las escuelas de México hasta la mitad del siglo xx.

En vida de Rosas su obra tuvo buena recepción. Los ceros. Galería de contemporáneos, publicación de Vicente Riva Palacio, incluyó una semblanza de Rosas. En Reseña histórica del teatro en México (1880-1884), Enrique de Olavarría y Ferrari comentó los estrenos y la recepción de las obras de teatro de Rosas, las cuales también reseñó favorablemente José Martí en La Revista Universal (1876) durante su estancia en México. La obra poética de Rosas figuró en publicaciones antológicas importantes como El Parnaso Mexicano, dirigida por Riva Palacio, y la Antología de poetas hispano-americanos (1883-1895), de Marcelino Menéndez Pelayo. Los libros de texto de Rosas fueron reseñados tanto por periódicos liberales como conservadores. Altamirano le dedicó una sentida reseña a Un libro para mis hijos. A su vez, la poesía de Rosas sirvió de ejemplo en la obra didáctica de Manuel Peredo Curso elemental de arte métrica y poética (1878).

En los trabajos de selección y difusión de literatura mexicana e hispanoamericana para manuales escolares como los de Adalberto Esteva, Antología nacional (1906), de Amado Nervo, Libro nacional de lectura (1893), y de Carlos González Peña, El jardín de las letras, se incluyeron algunos poemas suyos.

En el primer estudio de literatura infantil en México, La literatura infantil en México, desde los aztecas hasta nuestros días (1950), Blanca Lydia Trejo señala la obra de Rosas Moreno como el más alto y logrado punto de inicio de este género en el país. Los posteriores estudios panorámicos de Beatriz Donnet y Guillermo Murray Prisant (1999), Mario Rey (2000) y Beatriz Alcubierre (2010) recogen esta apreciación; si bien la última señala el interés de la labor editorial de Rosas. En 2009 se reintegraron algunas de las fábulas de Rosas a la educación cívico-literaria nacional, y se hizo mención de su obra didáctica en los libros de texto gratuitos Formación Cívica y Ética de 4º y 5º grados (2009-2015), de la Secretaría de Educación Pública, así como en el Libro del Maestro correspondiente, por lo que la obra de Rosas volvió a ser parte del canon literario escolar de una nueva generación, la que cursó la educación primaria entre 2009 y 2015.

En cuanto a la influencia literaria que recibió, podemos ver en su periódico infantil La Edad Feliz su selección de autores hispanoamericanos ilustrados, nacionalistas y, muchos de ellos, católicos. Sintió afinidad literaria por los fabulistas Juan Eugenio Hartzenbusch, Félix María Samaniego, Francisco Gregorio de Salas y el mexicano José Manuel Martínez de Navarrete, y por los poetas José Selgas, Francisco Martínez de la Rosa, Alphonse de Lamartine (a quien tradujo e imitó) y por Víctor Hugo. Asimismo, buscó difundir la poesía de escritores de América y nutrirse de ella. Según Luis Leal, fue muy apreciado en North American views on Mexican Literature, por el primer autor norteamericano que analizó la literatura mexicana, William Cullen Bryant. Esto, el poeta y periodista, aliado del gobierno de Juárez y opositor a la guerra de intervención norteamericana, tradujo alguna de sus fábulas y llevó sus obras a la Biblioteca Pública de Nueva York, que él fundó con otros.

La obra de José Rosas amerita rescate, fijación, estudio y nuevas lecturas. A finales del siglo xx dos investigadores del Instituto de Investigaciones Filológicas de la unam, Sergio López Mena y Yolanda Bache Cortés, rescataron respectivamente la obra poética de Rosas reunida póstumamente como Hojas de Rosa, y la obra de teatro Sor Juan Inés de la Cruz. La obra didáctica de Rosas existe en unas cuantas bibliotecas del mundo; está dispersa y en riesgo de desaparecer. Desde 2008 Lilian Álvarez Arellano rescata, ordena y edita su obra en el Instituto de Investigaciones Filológicas y la publica en la Nueva Biblioteca Mexicana. El volumen i, Poesía, viene acompañado de un estudio largo de la vida y la obra del autor. Están en preparación los volúmenes relativos a las fábulas, las obras de teatro y los libros de texto. María Estela Guerra Márquez realizó dos trabajos de titulación sobre el laguense: Las fábulas en la obra poética de José Rosas Moreno (2005) y De la prensa a la literatura. Estudio de dos publicaciones periódicas de José Rosas Moreno (2013). Hilda Nora Montiel Hernández preparó como tesis de licenciatura una bio-blibiografía de nuestro autor, en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 2014, Rogelio López Espinoza escribió José Rosas Moreno, el fabulista de América. Estudio biográfico del poeta “Cantor de la Niñez”.