Estos tres relatos de Emilio Carbllido marcan señales de su desarrollo como escritor y develan su madurez, suma de la experiencia personal y artística. El sol es un relato minucioso, de un drama familiar y al mismo tiempo cósmico. Lo que va de la adolescencia, traición, crimen, a una imagen de equilibrio secreto y universal. Es un relato sólido, brillante, bien escrito. Sobre virtudes teologales recuerda al Carballido dramaturgo; ve cosas patéticas o grotescas con el ojo travieso y agudo y una osadía que le resulta necesaria y disfrutable. Este relato habla de personas cotidianas, de otras que aparentemente lo son y de las que jamás lo serían, sin expresar más juicio que el consecuente con los sucesos como una conversación, animada. Flor de abismo es cosa bien distinta. Fechado en el año de 1993, nos muestra una preocupación diferente ante una realidad no anecdótica: la resuelve con recursos técnicos; se trata ahora de escamotear una historia que ha resultado no contarnos, como si la ignorara, y darnos todo aquello que son los hechos claves de la misma: ambiente circunstancias, personas y no personajes. Con esto se sitúa en la moda de la antinovela con facilidad, o con dificultad solucionada con presición.
Luisa Josefina Hernpandez
