Paraphiliacs en 7 tomas

Mauricio aventura su texto por una idea fundamental y que, si el lector es atento, podrá seguir en este viaje hacia lo profundo: espejos- reflejos. Cierto que el libro puede desviarnos las conjeturas desde el título, ya por el número que aparece, o ya por la propia significación de lo “parafílico”, sin embargo, el lector debe esperar hasta el final para poder aterrizar la fuerza que llevan los poemas, para poder asimilar su trascendencia. Así, este viaje comienza por la referencia fílmica a John Waters, con un mundo poético que abre sus puertas a la locura, a lo incierto, a lo exquisito; un mundo donde el espejo es horizontal y voltea la realidad para reflejarnos un “arriba” que es “abajo”, ergo, un mundo dominado por lo amoral, por el hedonismo, en suma por lo absurdo. En este comienzo los personajes viven su contradicción, como si ellos mismos hubiesen sido tocados por el espejo de Ocampo que tergiversa, a modo de los escritores del esperpento, la propia realidad. Acciones que ante la lógica llevarían a un campo de respuestas y que, debido a ese reflejo disminuido o maximizado, nos resultan totalmente otras, totalmente las menos pensadas. Hasta aquí es posible sentir el tono o los tonos en que se desarrollará la propuesta poética de Mauricio, tono hasta cierto punto frívolo, pero no por ello menos profundo.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2018. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.

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