Enciclopedia de la Literatura en México

Elogio de la cicatriz (Kintsukuroi)

¡No lo tire todavía! La historia de su objeto vive en sus fracturas. Tampoco intente pegarlo de tal forma que las líneas rotas se disimulen o se puedan ignorar. Recuerde: el zurcido invisible es cosa de sastres y usted lo que tiene es un objeto roto en sus manos. Hay pedazos, esquirlas si quiere, que han desaparecido; milímetros que hacen que no vuelva a ser igual aunque se pegue. Entonces, si verdaderamente ama a ese objeto, si es cierto que tiene sentido para usted, que es importante su historia, no oculte sus marcas. Al romperse el objeto libera su relato contenido; uno se da cuenta, cabalmente, de lo mucho que significa.

Repárelo haciendo evidente que fue roto; en esas marcas se desborda su historia —la del objeto y la suya. Recuerde que luego de volverlo a unir no podrá tener la misma función que antes tenía; lo está reparando porque es importante su historia, no su cometido.

Tenga paciencia. Reúna, primero, cada parte del objeto y piénselo como un rompecabezas tridimensional. Dese cuenta de qué pedazos se perdieron, de las partes que ya no embonan del todo. Tenga paciencia.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.