Las narraciones que dan forma a La vida que él me da… son un espejo de la realidad cotidiana de Guanajuato. Así, a pesar de que se trata de ficciones, en estas páginas se hallan contenidas tantas verdades, que, de pronto, podemos dudar si es real o estamos soñando al ver semejante desfile de historias sucedidas en el estado de Guanajuato.
La mayoría de los autores han confesado que narran basados en la vida real. De modo que bien podemos partir de esta analogía, para aproximar una idea del tamaño del problema social que la migración guanajuatense hacia Estados Unidos, o la violencia cotidiana nos dejan.
La literatura es sólo el método. Adentro está la gente rodeada de pobreza, siendo asaltada, secuestrada, vejada y humillada. Las personas que lloran y ríen. Las que disfrutan y las que ya lo perdieron todo.