En San Lorenzo, un pueblo hipotético del norte de México, vitivinicultor y algodonero, las reglas del juego de una aristocracia decadente aferrada a sus posesiones mermadas después de la revolución son las del ajedrez. Las movidas, rigurosamente calculadas, deben hacerse al tiempo sobre el blanco y negro dentro de los estrechos límites del tablero. Cristina Velasco acepta su destino, una vital pasión por Carlos Velasco, su tío, en el seno de ese pueblo. Tonada de un viejo amor relata las calladas pasiones de los personajes que alrededor de San Lorenzo luchan por el amor, la posesión, la aceptación y el olvido.Narrada con la precisión y el ritmo del cuento, pero transgrediéndolo, la novela es pródiga en la recreación de las atmósferas que caracterizan la narrativa de Mónica Lavín. Tonada de un viejo amor es una novela breve, vertiginosa y sobrecogedora.
Tonada de un viejo amor es la novela con la que Mónica Lavín inaugura su trayectoria en el género de largo aliento. Piedra de toque de quien tiempo después deslumbraría con Yo, la peor, novela que obtuvo en el 2010 el Premio Iberoamericano Elena Poniatowska. En palabras de la escritora Myriam Moscona hay en Tonada…“el poder de saber recrear una atmósfera con talento y lucidez. Llama la atención el manejo del erotismo que trasciende las escenas en donde los cuerpos buscan encontrarse.” (…) “Un destino encarnado en un pueblo imaginario, los años cuarenta y cincuenta en el norte de México. Solamente una vez y Ain’ t misbehavin, dos momentos arrancados de un fondo musical que permea los dos tiempos de esta novela cinematográfica que con un dejo de acidez traza una línea entre el deseo y su incumplimiento, entre la búsqueda y su constante negación”.
