Continuaron sentados, cogidos de las manos para formar una cadena. Ahora todo preciso: el cerco y las voces de mando, las amenazas, los insultos, el silencio de ellos (islote cercado por aguas confundidas, por cercanas olas verdosas; por más retiradas olas azules de turbiedad absoluta), el continuo roncar de los blindajes, las respiraciones conte-
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1969. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.