Enciclopedia de la Literatura en México

Donde la piel es un tibio silencio

Dicen que no hay nada nuevo qué contar, que las anécdotas se le aparecen al cuentista desde la oscura nebulosa de otros libros. Quizás. Quién sabe nada de lo que ocurre a un hombre que, frente a la cartilla en blanco, juega que juega a ser Dios. 

Donde la piel es un tibio silencio: título como verso. El dueño de esa piel y ese silencio, Mauricio Montiel Figueiras, se revela sabio espectado de las trifulcas maritales en Pólogo estival a una tormenta. Los golpes contenidos se revierten palabras que asesinan. Agua y rencor, un ajuste inusitado de cuentas y omisiones pendientes. Y el terror. ¿Quién caza a quién en Nocturno para cazadores? Hay un intruso narrador que oprime la palabra miedo para hacerla sangrar en un oscuro bosque. Unamujer huye desnuda y, de tan vulnerable frente a sus cazadores, se agranda hasta convertirse en Diana vengadora. ¿Nadie es villano o héroe en estos cuentos? ¿Dónde están los finales felices que frente a la hoguera nos narraban nuestras abuelas? ¿Cuál absurdo es mayor que el que subyace en la trastienda psicológica de cada ser? Los personajes de cada cuento de este libro son hijos fccionados del cultivo humano? ¿Quién no ha sido será potencialmente un voyeurista como el maniático de Madreselva en un negligé?  

No. No son cuentos para estudiosos de la psique; ni para especialistas en la ciencia de contar abstractos; ni para eruditos i arquitectos e ingenieros de la novela cuentística. Son historias para que Cortázar, Bowles,Villoro y otros cuentacuentos respiren a sus anchas. Ah, son esto de seguirle la pista a los que antes que Montiel supíeron que debían recordarle al mundo lo que en verdad es. Sí. Son cuentos en que el autor amarra cada matiz de cada acto aunado a la pasión, el sentimiento y la emoción de cada hombre y mujer, desde que existimos obre el planeta, hemos protagonizado en nuestra admirable condición. Ardua tarea la de este autor; explicar cada posible límte de la imposibilidad. Muchos lo han intentado desde que la literatura devino en arte. ¿Quién lo a logrado del todo? Nadie, creo yo. Pero Montiel lo intenta en este libro: jóvenes y viejos; locos y cuerdos; víctimas y verdugos; pragmáticos y soñadores. ¿De qué si no se ha completado la bitácora de la humanidad? Alla, donde la piel es un tibio silencio, se intentan descifrar plumas como la de Montiel Figueiras. Una y otra vez más. 

Patricia Medina

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1992. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.