Este libro de cuentos ofrece una cuidadosa reconstrucción del pasado y del presente en los cuales los personajes descubren amenazada su estabilidad. Dicen que me case yo recoge también los anhelos que permiten enfrentar—no siempre con una esperanza—un futuro frágil, precisamente, desde la perspectiva o la certeza que puede proveer un pasado no menos aleatorio. Los cuentos de SIlvia Molina van dibujando, desde una óptica casi siempre femenina, una reconciliación con la vida o una decisión de vivir con intensidad, sea cual sea el resultado. Tenemos aquí una visión que abarca la piel de todas las edades, oímos la voz de la niña y la voz de la amante, transitamos de la infancia a la edad adulta llevados por un hilo conductor que deja al descubierto los sentimientos y las pasiones humanas, en toda su sencillez o frescura o en toda su brutalidad e intemperancia; los mismos extremos que resume la belleza de la canción antigua de Gil Vicente que da título al libro:
Dicen que me case yo.
No quiero marido, no.
La prosa de Silvia Molina es un ejercicio de intimidad y difícil llaneza a la búsqueda de la empatía con el lector; una prosa fundada siempre en la transparencia y la serenidad, dos virtudes que hacen de su narrativa una de las más agradecibles de la literatura mexicana contemporánea.
