Enciclopedia de la Literatura en México

Rafael Landívar

Alfonso Reyes
1958 / 31 ago 2017 15:45

Landivar es el Virgilio mexicano, o mexicano-guatemalteco, que entonces era la misma cosa. Gran poeta en latín, su Rusticatio Mexicana, varias veces traducida al castellano en verso y prosa, se sitúa en la línea descriptiva de las imágenes americanas, el campo, la naturaleza, las costumbres, los trabajos y los días como dijera Hesíodo, línea que va desde Balbuena y su Grandeza mexicana hasta el venezolano Andrés Bello y su Agricultura de la Zona Tórrida.

Alfonso Reyes
1946 / 31 ago 2017 15:49

Landívar, con su poema latino Rusticatio Mexicana,[1] es el Virgilio de nuestra poesía y se sitúa en la línea de Bernardo de Balbuena y don Andrés Bello. No sólo pinta nuestro campo y sus habitantes, sino también sus trabajos, ocios y esparcimientos: los lagos y volcanes —especialmente la aparición del Jorullo—, las cataratas de Guatemala, los manantiales y fuentes salutíferas, la campiña oaxaqueña, el valle y la ciudad de Tepic; la cochinilla o púrpura mexicana, el guajolote, la chachalaca, el tordo, el zopilote, la torcaz, el zenzontle, el colibrí, la vida y caza de los castores, las fieras; el cultivo del añil y de la caña de azúcar, los rebaños, la ganadería y el uso de las lanas, el laboreo en las minas de oro y plata; las chinampas de Xochimilco; corridas de toros, peleas de gallos, palo ensebado, juego de pelota. Gran poeta neolatino, su mérito no se limita a la proeza lingüística. Sin duda es el único en su época que posee el valor universal. Sólo le faltó —dice Marcelino Menéndez y Pelayo— haber escrito en lengua vulgar, para arrebatar la palma en el género descriptivo a todos los americanos, sin exceptuar al cantor de La agricultura en la zona tórrida. En él se aprecia, mejor que en ninguno, hasta qué punto el latín había venido a convertirse en un medio natural de expresión. Si la llamada “poesía jesuítica” padeció, en general, por su índole de arte bizantino aplicado a juegos de ingenio y no alimentado en el aire de la vida, otro es el caso de Landívar, cuya auténtica inspiración, visión dinámica y bravía, amorosa contemplación idílica y amenidad constante lo levantan muchos codos sobre el nivel medio de la escuela. Entre sus influencias posibles hay que mencionar a Poliziano, a Frascatorio, a Pontano; pero la principal influencia que ha recibido es la verdad de América, sin que obsten las larguras y los convencionalismos estéticos y mitológicos propios del género y de la edad.