Enciclopedia de la Literatura en México

Evila Franco Nájera, a pesar del olvido

Liberal, católica, revolucionaria y profesora, tuvo que vencer muchos prejuicios para poder asumir su papel de mujer por sí misma y no como complemento de alguien o gracias a alguien. En ella no hay abnegación ciega; tampoco expresa veneración obstinada hacia el hombre protector, guardián y dispensador de favores. Al contrario, toda su vida fue una lucha constante para no dejarse arrastrar por el mito de que la mujer feliz es mujer de hogar, únicamente. La escuela fue su punto de apoyo, mediante ésta trabajó para lograr una educación pública, verdaderamente nacional, en la que la población estera tuviera los mismo derechos y obligaciones. Sobre esta base se explican sus gestiones para la apertura de centros educativos en Guerrero; de ahí su rencor contra el elitismo y la explotación en la enseñanza; de ahí su amor por los indígenas y por los campesinos, por Zapata. Evila Franco no pretendió ser un apóstol obligado a soportar hambre y miseria en aras de un idealismo educativo. Tampoco manifestó un mero afán de gloria. Comprendía sí que la dinámica docente era un factor de conciencia, ya que tenía bastante claro que ella también era explotada, juzgada y condenada por partida doble: como trabajadora y como mujer. No en vano recuerda la pregunta que le hicieron en Coatepec Costales, y que más bien parece una crítica. ¿Por qué vives sola? ¿Tú no tienes hombre? ¿Por qué? La respuesta implica dolor, pero es contundente, precisa, muy bien definida: Porque sola soy.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.