Santiago conoce a Argentina, y con ella inicia una relación sentimental. Poco después, la mujer le confiesa que está comprometida. Ambos planean la fuga, pero el día de la cita ella no aparece. Santiago se sume en una profunda depresión, hasta que conoce a Linden, un hermoso bailarín de ojos azules, que vive con Raquel, también bailarina. Inicia así un triángulo amoroso marcado por la fatalidad y por una extraña enfermedad que corre en las venas de Linden.
La corona de Raquel es una novela muy intensa. El lenguaje que utiliza es de singular belleza: cada frase, cada párrafo, cada palabra, es una imagen llena de poesía. No sólo es una novela que explora la diversidad sexual y el erotismo, sino también es un canto a las artes, especialmente a la danza. A partir de la intertextualidad y de una prosa depurada, el lector se verá envuelto en una atmósfera que no sólo involucra a la literatura, sino a todas las artes. Bajo el lenguaje poético de Santiago de Arena, la Ciudad de México, escenario de los hechos, adquiere una dimensión mágica y fascinante.
La corona de Raquel está llamada a ser un hito en la literatura erótica y una manifestación artística de gran valor que enriquecerá la cultura de la diversidad sexual.
