Georges Braque pensaba que en arte sólo es válido un argumento que no puede explicarse. Paulina Vinderman elige un Bote negro para dejarse arrastrar en la incerteza misma del vivir. El paso del atardecer a la noche, el de la noche hacia el alba, conforman el acto mismo de su creación: "Siempre dije que la poesía es una linterna, un fanal que ilumina los rincones sombríos de la existencia pero también es abrir los ojos en lo oscuro, reconocer incluso los diversos colores de la oscuridad." En este libro la escritura es objeto de especulación filosófica, al tiempo que el día a día y el pasado se atropellan dejando sólo unas cuantas piedrecillas a su paso.
"Encendida poesía; seria, honda, llena de verdades, que queda resonando"
Hugo Mujica
La poesía hispanoamericana contemporánea es de una riqueza que va mucho más allá de los cuatro nombres repetidos hasta la saciedad. Con Bote negro Vaso Roto da inicio a su colección "Los siguientes", destinada a poner al alcance de todos esos nombres no por más secretos menos impresindibles.
