Antioco Cienfuegos Sánchez, en La historia de un huérfano mexicano, nos ofrece un relato autobiográfico en el que nos hace conocer particularidades de su vida.
Ciertamente una vida que si bien fue marcada por una grave adversidad -el fallecimiento de su padre cuando apenas tenía tres años y el de su madre cuando contaba con once-, es digna de contarse porque ha sido una vida en la que el esfuerzo, la tenacidad y un imperioso deseo de superación le ha hecho vencer todo obstáculo motivado por el ejemplo de honestidad y fortaleza inculcado por su señora madre, Mónica Sánchez Herrera.
De niño apenas pudo cursar hasta el tercer grado porque muy pronto tuvo que asumir el rol de «el hombre de la casa» y en su niñez y temprana juventud debió desempeñar todo tipo de trabajo de campo, laborando a la par que los mayores, pero con la mitad de la paga, lo mismo cortaba leña que labraba la tierra, cosechaba maíz, ajonjolí o jícama, cercaba los potreros o cortaba los postes y ademas comerciaba distintos productos. "Así fue mi vida siempre trabajando, no tenía tiempo de jugar, sólo trabajar", nos relata.
En 1962, se presentó en el cuartel del 23 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, para incorporarse al servicio de la Patria a los 19 años. Ahí aprendió a obedecer órdenes y a desempeñar un trabajo duro, pero también supo aprovechar las oportunidades y en 1968 terminó la primaria, para seguir de inmediato con los estudios secundarios que terminó en 1971. Decidió continuar y, en 1973, concluyó el bachillerato. Su afán de superación le llevó a emprender el estudio de dos distintos estudios superiores de forma simultánea y -sin dejar sus deberes militares- se inscribió en la Escuela Normal Superior y una vez lograda su nivelación pedagógica se inscribió en la especialidad de Historia y se tituló como Profesor con especialidad en Historia; antes había ingresado a la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero, donde concluyó la carrera de Licenciado en Derecho en 1978 y le permitió ser comisionado en la Agencia del Ministerio Público Militar. Después solicitó su licencia ilimitada y causó baja del Ejército Mexicano. En 1983 se tituló como abogado y desde entonces ejerce de forma privada su profesión.
Antioco Cienfuegos Sánchez es un hombre que sin duda vive una vida en la que el esfuerzo, tenacidad y honradez dan ejemplo y, en las páginas de este libro, se recopilan algunas de sus vivencias.
