La presente obra reúne tres abordajes sobre el movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968, que apuntan su contribución a la democratización de la vida política en México.
En el primero, apoyándose en testimonios y literatura,
Omar Alonzo Galván examina los sucesos más significativos del movimiento estudiantil y los efectos que generaron para el desarrollo de la democracia.
Sandra Martínez Hernández, retoma el enfoque feminista y analiza la participación de las mujeres, destacando la incidencia que tuvo para estas, constituyéndose como un espacio de democratización.
Finalmente, Montserrat Ledezma, reflexiona sobre el Manifiesto de conclusión de aquel movimiento, así como
sobre temáticas relativas a la democracia para hacer hincapié en el legado de búsqueda y apropiación de espacios de participación, de aquellos estudiantes.