Rocco tenía un gato muy pequeño que se llamaba Tristán. El gatito movía la cola como conejo, brincaba como conejo y movía la nariz como conejo. «Creo que este gato es raro, raro», se decía Rocco. ¡No imaginaba el secreto que guardaba su amigo!
Ilustración de Socorro Reyes.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.