Enciclopedia de la Literatura en México

Innovación de ceniza

¿Cómo podemos emprender la difícil tarea de definir la poesía de José Luis De Gante en esta "Innovación de Ceniza", cuando el título mismo nos conduce a la angustiante dialéctica de saberse ceniza, con la esperanza, si a caso, de innovación. ¿Juego de palabras?

No, la poesía no puede sere tan simple, a riesgo de dejar de serlo. La letra para ser poesía, trasciende por mucho el sentido común, la colectiva conciencia vulgar, para someter lo inmediato, lo cotidiano, a un desmenuzamiento de precisión milimétrica que no permite escapar ninguna molécula de la realidad, la que ante el análisis poético se muestra monstruosamente angustiante (salmonella ante el microscopio) que conduce al poeta a denunciar las laceraciones invisibles al ojo común y a gritar casi siempre al vacío, el peligro de un lobo imperceptible pero real que nos oprime en cada intersticio de nuestra existencia. ¿Qué nos queda? Sabernos ceniza y acostumbrarnos a existir entre ésta. ¿Innovarse entre ceniza? La impotencia ante una realidad que nos somete por el simple hecho de estar ahí, como lo diría José Luis De Gante en: 

Renegamos esta insania, pero nos resignamos.                                                    Al final de cuentas, los endebles espítirus se sumarán a la normalidad.          ¿Qué nos queda innovarse en ceniza?                                                                Ser nada, revaciar lo caío para liquidar la última esperanza encerrados en catacumbas de cobardía.¿Qué nos queda? Innovarse en ceniza.               ¿Alguna esperanza? Es posible, a pesar del extravío de la identidad.                Sí, la búsqueda permanente, para encontrar si a caso, un remanso de momentánea tranquilidad.                                                                                 ¿Qué nos queda? ¿Innovarse o morir? Morir seguramente, porque la movilidad fallida anula la esperanza.                                                                                 ¿Qué nos queda? Tal vez, simplemente innovarse de muerte.                         Para esperar el Apocalípsis sanitario y la certera confiada de la redención de las Cenizas.

Cuando se nos arrebata tan infame el presente, obligándonos a vivir fuera del tiempo, ahora que el Vaticano, cómplice de la maldad, decretó la desaparición del limbo. ¿En quién podemos confiar? La última esperanza la dejamos a los poetas, los únicos seres vivos capaces de trascender en no tiempo, esa especia de ausencia anímica en que vivimos nuestra no existencia.                                          José Luis De Gante cree en la humanidad, nosotros creemos en los poetas.

Arturo Palacios

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.