“No hay que dejarse engañar por el tono juguetón y el bienvenido humorismo de los cuentos de Doldán. Es cierto que sus personajes, porque creen vivir en un mundo ordenado y coherente, se introducen en situaciones absurdas y “ritos extraños”, con esa mezcla de inocencia y buena voluntad que tradicionalmente caracteriza al así llamado hombre común, ese bufón de la literatura moderna; también es verdad que los resultados obtenidos aquí viajan del patetismo a la tragedia lisa y llana. También pueden desembocar, porque se trata de hombres de fe, en la felicidad.
Cada cuento encierra una enorme sorpresa, una indudable alegría estética y una profunda mirada a ese rito extraño, el más extraño de todos los ritos, que es la vida en este mundo desordenado, incoherente, imprevisible. Tal vez haya otro mundo, pero (contrariando a Éluard) no está en este.”
Felipe Polleri