Enciclopedia de la Literatura en México

Pez que arde

Con la destreza de un ilusionista la tomó en sus brazos besándola con fruición. Le rodeó el talle y la atrajo hacia su cuerpo. Las manos recorrieron la cordillera de su espalda hasta detenerse en el broche del sostén. Afuera, la tarde hervía derritiendo las horas. Ella permanecía colgada a su cuello. Y el beso prolongado tendió un puente de oro a sus deseos. Sin bahía de por medio que los separe. Acarició la escasa cabellera y ella correspondió el cariño con un suave estremecimiento. Después las manos parecieron detenerse en los frágiles hombros de aquella mujer.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2012. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.