En los relatos de Ya floreció la vainilla, está presente el famoso bisturí de la ironía, la crítica social, y claro, la mano diestra que somete al lector al lenguaje chispeante, profuso, eufónico, de una prosa en que la inocencia es veneno.
Ya floreció la vainilla es tradición, son historias, es Colima y el mundo entero, es presencia, costumbres y personajes conocidos, es vida, amor y literatura de primerísima calidad escrita con firmeza y pasión y con la vainilla florecida…
Este es un viaje florido a la psique de Guille Cuevas. Afable nos invita a su casa -ubicada en Paseo de los Nardos, por cierto- para probar sin límite delicias entre lo onírico y lo real.
Jesús Adín Valencia
A través del espejo de sus recuerdos, Guillermina Cuevas se adentra en hechos que la marcaron de por vida. Con visión crítica, comprometida con su postura ante los demás, -a manera de cuentos- rememora dichos acontecimientos, logrando despertar en sus lectores, la pasión y el denuedo con los que fueron escritos.
Ángel Gaona