Cualquier discusión internacional sobre el feminismo en América Latina debe, en principio, enfrentar el presupuesto de que el feminismo es una teoría o una ideología “importada” o, más precisamente, un producto colateral e indeseable de la influencia angloparlante de los últimos años. Sin embargo, en América Latina las raíces son mucho más profundas. Sin necesidad de apelar, como suele hacerse, a Sor Juana Inés de la Cruz, al menos desde el siglo xix, las mujeres hispanohablantes cuentan con teorías feministas propias, sea defendidas por mujeres o por varones. Esta compilación intenta mostrar –como su título indica– de qué modo se han construido algunos perfiles autóctonos a lo largo de su historia. Sólo así es posible explicar también la expansión del pensamiento feminista iberoparlante, su potencia y su creatividad.