José Garcés nació en un mundo ordenado por tres siglos de gobierno colonial, en el seno de una familia acaudalada de Guanajuato. A los nueve años comenzó a escribir un diario, porque necesitaba un amigo a quien contarle las mil y una minucias de una existencia feliz y protegida. Poco a poco en el diario se empezaron a colar rumores de guerra, discusiones políticas y el descontento profundo y sordo de aquellos que no disfrutaban de privilegios. Los peones, los mineros y los indios.
El Tiempo Vuela En 1819 el mundo de José, ya resquebrajado, se trastornó por completo. Sus notas se llenaron de miedo, violencia, sangre, horror. El niño recogía relatos –casi siempre fragmentarios– de testigos, contaba sus propias experiencias y registraba las voces de la gente. La vida continuó bajo el signo de la confusión y José creció a la par que la revolución iniciada por Miguel Hidalgo. Al término del movimiento José puso fin a su diario; pero la historia que contó queda abierta al lector para que indague, imagine y participe.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1993. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
