La historia de la sal te lleva por extraños vericuetos y se cuela por los más escondidos rincones de la vida de la gente. ¿Dónde empieza? ¿En nuestro cuerpo o en el corazón de la tierra? ¿Es un regalo de los dioses o un compuesto químico? La historia no tiene principio, porque la sal es nuestra compañera desde tiempos remotos. En la época prehispánica la sal era precioso fruto cosechado a la orilla de lagos y lagunas; ya durante la colonia se convirtió en el producto laborioso de un trabajo cruel y en el principio de una gran industria. En esos años la historia se hace nuestra; se puebla de personajes anónimos -salineros, comerciantes, piratas, arrieros, pescadores, mineros-; traza un recorrido caprichoso entre la humilde cocina y la morada del alma, la industria y la cultura, la realidad y la magia, y acaba por confundirse con nuestra propia sustancia. Quizá, por eso, los niños son la sal de la tierra.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1992. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
