El lector inocente puede puede adentrarse en el mundo superficial de estas anécdotas y encontrar satisfechas sus expectativas. Pero si uno tiene el colmillo largo y afilado verá al lobo bajo la piel de la aparente mansedumbre de las palabras. Porque los cuentos de Miguel dicen la mitad de lo que cuentan, merced al oficio que pone al servicio de sus personajes, de las circunstancias, y sobre todo de la estructura narrativa. Beber en esta Miel de maple no garantiza un trago dulce, porque la inteligencia, como la verdad nunca será instrumento de la complacencia.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
