Enciclopedia de la Literatura en México

Peceras

Un libro de poemas puede ser una pecera o una serie de peceras alineadas o dispuestas en un caos aparente. Aquí tres recipientes que parten de un punto y seguido para ofrecer un nuevo y original panorama poético. Palabras como peces que giran en una pista de baile interminable. Las peceras son también casas y la primera contiene al interior una casa en la orilla, casas semillas, casas soñadas, marginales, extirpadas y en huida; casas trinchera hechas de huecos y de aire.

Adentro, la abuela, las plantas, los enseres y el lobo; afuera, el bosque y las aves. En la segunda ocurre la convalecencia y la recuperación, las acumulaciones y las pérdidas. Ahí conviven peces que corresponderían al fondo del océano y algún “caballito de mar arrinconado en la esquina”. Lo idílico se hace herida y los detritus fosforecen. La tercera está hecha de materia oscura, la que hace que las demás cosas se muevan. Lugar idóneo para jugar a escribir y devorar a la academia y donde familias-hervideros comulgan con lo siniestro. Peceras como casas de papel que arden y se construyen con preguntas. 1. Por la boca, ¿muere o vive el pez?

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.