Ládores nos mira desde el fondo de sí mismo, entretejido entre alambres de conciencia aprende a musitar el dolor que siente. El comportamiento de sus versos es errático, está acompañado por una voz gutural que lo rompe todo en el mismo papel. Ládores nos entrega la inscripción de su vida dejando entrever la luminosidad que yace debajo de la oscuridad de la existencia. En estos versos se encuentra la complejidad de una existencia donde se retuercen los sentidos y las formas dentro del canto. Voz que se extiende de manera inusual. El canto de Ládores es sólo uno inconfundible, tiene profundidad y melodía, arranca los viejos moldes, se adapta y tiene además cadencia y disimilitud.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
