Toda obra maestra tiene múltiples lecturas y en este caso, la parábola evangélica se desarrolla con la consabida libertad de interpretación, pero sin abandonar el tema principal. Gide revive cada uno de los personajes; al padre, a la madre, al primogénito, al pródigo y al hermano menor. De esta manera, el autor nos deja ver cómo el hijo pródigo abandona la casa paterna en busca de libertad y felicidad, sin encontrarla, incluso sin poder conservar la embriaguez que podría sustituir y saciar la sed de su alma. Al regresar a casa, derrotado y desolado, su padre lo recibe efusivamente, no así el hermano mayor que ha llevado una vida "ejemplar", no faltando a sus deberes.
El hijo pródigo, después de la fiesta con que es recibido, entabla cuatro graves coloquios con cada uno de sus familiares, en cada conversación su historia es examinada desde distintos puntos de vista. Su anciano padre lo comprende en vez de reprocharlo; en cambio, el hermano mayor es más rígido y lo cuestiona, cosa que irrita al pródigo y llena de dudas, pero encuentra el consuelo de su madre al confesarle éste que su regreso se debe a que no encontró la anhelada libertad; más tarde se encontrara con su hermano menor, quien ha decidido partir, intentando conseguir lo que el pródigo no consiguió, ¿será más fuerte para lograrlo?A lo largo de la historia de la literatura la Parábola del hijo pródigo, basado en el relato bíblico del Evangelio según San Lucas, ha encontrado gran variedad de interpretaciones y desarrollos. Le retour de l'enfant prodigue de Gide, escrito en 1907 y publicado en 1909, ha sido considerado como una verdadera obra maestra. En un relato o poema (así lo consideró él) de una emoción continua, donde se halla el peso del sufrimiento y las ternuras más hondas. Es un libro del debió ser, no del es, El autor parte de la mencionada parábola pra crear o recrear los personajes y el decorado amplio; nos deja ver la sombras y las voces bíblicas pero el lector sentirá todo el tiempo que está frente a un texto moderno.
Toda obra maestra tiene múltiples lecturas y en este caso, la parábola evangélica se desarrolla con la consabida libertad de interpretación, pero sin abandonar el tema principal. Gide revive cada uno de los personajes: al padre, a la madre, al primogénito, al pródigo y al hermano menor. De esta manera el autor nos deja ver cómo el hijo pródigo y al hermano menor.