Séptico es, según el diccionario de la RAE, algo “que produce putrefacción o es causado por ella”. “Este libro”, nos dice Ismael Lares, “nos habla de asumir el desamparo de quien baja la mirada y se afirma en el acto mismo de dar vergüenza”. Los poemas que conforman este poemario rehúyen a lo lacrimoso y sentimental, pero sacuden por la fuerza de lo dicho. No hay edulcorante suficiente para disfrazar una realidad que nos supera y ante la cual no existe otra alternativa que rendirse. Sin embargo, el poeta dice: “algún mérito habrá en estar vencidos”. El mérito de estos textos es el de acercarse con desenfado a una vida repleta de cosas incompletas y defectuosas. Estamos frente a un libro que sabe que, frente a lo inevitable de la muerte, todo lo demás es poca cosa. Séptico es poseedor de una sencillez sólo aparente. Hospitales, hambre, renuncia, vergüenza o, aún más, tortillas, cortaúñas, cucharas, pulgas y perro, se expresan en lugar de, tristeza, noche, oscuridad, sombras, etc. “Los objetos que han quedado solos”, dice Baudelio Lara, “pero no la soledad”. |