Enciclopedia de la Literatura en México

Los indios de México. Tomo IV

En este cuarto volumen de Los indios de México, Fernando Benítez ha reunido a los otomís del centro de México y a los mayas de la distante península de Yucatán. La presencia de ambos grupos no es en modo alguno arbitriaria si pensamos que del territorio otomí -de Tula concretamente- partieron los conquistadores de los mayas y que después de muchos siglos es un agrave el que rige despóticamente su existencia. Desierto frío o desierto tropical, allí figura, imponiéndose el maguey que da el vino, y el maguey que proporciona la riqueza del henequén. 

El libro cuenta la historia de dos plantas sagradas y de dos infamias paralelas. Su ámbito es el desierto y en una sola ocasión, el oasis, es decir, cuando ese infierno es tocado por el agua y se convierte en un paraíso. Sin embargo, no hay tampoco mucha diferencia entre desierto y oasis, porque detrás del maguey o detrás del café o de palnta valiosa, existe un cacicazgo que impone sus leyes, sus extructuras políticas, sociales y económicas sangrando al campesino y otorgándole un carácter enteramente fantasmal. 

Pocos libros en verdad abarcan un tema tan vasto y tan complejo y pocos libros también documentan una realidad y constituyen una denuncia tan vigorosa como este cuarto tomo de la serie monumental de Los indios de México. 

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1972. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.