Enciclopedia de la Literatura en México

Ki: el drama de un pueblo y una planta

Un día que Zamná, guía de los itzaes, salió al campo en busca de plantas que enriquecieran su herbario, se hirió la mano con la espina de una planta desconocida. Deseoso de vengar a su amado príncipe, uno de sus servidores cortó la espina causante del daño y, al golpearla contra una peña, la espina dejó escapar largas y blancas fibras. Se inició así, entre mito y realidad, la historia del henequén.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1956. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Un día que Zamná, guía de los itzaes, salió al campo en busca de plantas que enriquecieran su herbario, se hirió la mano con la espina de una planta desconocida. Deseoso de vengar a su amado príncipe, uno de sus servidores cortó la espina causante del daño y, al golpearla contra una peña, la espina dejó escapar largas y blancas fibras. Se inició así, entre mito y realidad, la historia del henequén.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1962. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Un día que Zamná, guía de los itzaes, salió del campo en busca de plantas que enriquecieran su herbario, se hirió la mano con la espina de un planta desconocida. Deseoso de vengar a su amado príncipe, uno de sus servidores cortó la espina causante del daño y, al golpearla furiosa y repetidamente contra una peña, la espina quebrantada en su dura piel, dejó escapar pequeñas y largas blancas fibras. Se inició así, entre mito y realidad, las historia del henequén, la planta mexicana que ata las cosechas trigueras del mundo.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1985. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Un día que Zamná, guía de los itzaes, salió al campo en busca de plantas que enriquecieran su herbario, se hirió la mano con la espina de una planta desconocida. Deseoso de vengar a su amado príncipe, uno de sus servidores cortó la espina causante del daño y, al golpearla contra una peña, la espina dejó escapar largas y blancas fibras. Se inició así, entre mito y realidad, la historia del henequén.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1986. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.