Enciclopedia de la Literatura en México

Francisco Javier Alegre

Alfonso Reyes
1946 / 31 ago 2017 15:36

El teólogo e historiador Alegre, preclaro latinista y “ornamento grande de la emigración jesuítica”, cuyo estilo ha merecido compararse al de Melchor Cano, había dado sus pruebas en el poema Alexandriados —conquista de Tiro por Alejandro—, obra de mocedad que siguió puliendo y aumentando, pero que no pasa de ser un noble ejercicio. Lo propio puede afirmarse de su égloga Nysus, imitación de la segunda égloga de Virgilio, superada en la traducción que de ella hizo Joaquín Arcadio Pagaza. Su verdadera hazaña fue poner en latín La Ilíada (y aun la Batracomiomaquia), aunque, como decía Ugo Foscolo, resulte una Iliada mucho más virgiliana que homérica. Entre sus pocos versos castellanos figuran sus medianas traducciones de las Sátiras de Horacio y la afortunada paráfrasis de los tres primeros cantos del Arte poética de Boileau, realizada ésta con liberales ensanches de doctrina, como corresponde a un hijo de la tradición hispana, y enriquecida con notas de peregrina y sabrosa erudición, que acaso se vio obligado a redactar de memoria y sin tener textos a la vista.

Humanista novohispano cuya obra reúne escritos históricos, teológicos, literarios y matemáticos. Sus estudios lo llevaron a Puebla y a México, donde cursó Derecho Canónico y Civil, antes de ingresar en la Compañía de Jesús, en 1747. Inició así su labor de profesor, que ejerció en México, La Habana y Mérida. Se encontraba en la capital novohispana, ocupado en la redacción de su Historia de la Compañía de Jesús en Nueva España (que no se imprimió hasta 1841), cuando se proclamó el decreto de expulsión de los jesuitas. Como muchos otros jesuitas se instaló en Italia, y en Bolonia reanudó su trabajo de profesor, historiador y teólogo. Dedicó los dieciocho últimos años de su vida al estudio de las Santas Escrituras y a la redacción de los siete volúmenes de su curso de teología, Institutionum Theologicarum (1789-1791), obra “capaz de inmortalizar a su autor y de honrar a su patria”, según el juicio del bibliógrafo novohispano José Mariano Beristáin y Souza (1756-1817). Las dos obras mencionadas son legados sumamente importantes de este autor a la historia de su orden; sin embargo, hay que decir que publicó muchas otras, de temática muy variada. Alegre fue un asiduo lector de Virgilio, Horacio, Livio, Cicerón y Homero, y tanto sus libros como las academias en las que participó, en México y en Bolonia, atestiguan su erudición y su gran interés por las letras. A lo largo de sus viajes y encuentros, no cesó de ampliar sus conocimientos: en México aprendió el francés, el italiano y el náhuatl, y durante su estancia en Cuba se interesó por el inglés y las matemáticas. A pesar de haber sido un autor prolífico, con una obra extremadamente variada (compendios de retórica, tratados de gramática y sintaxis, libros de geometría, misceláneas poéticas y oratorias), pocos textos suyos han sido impresos y son accesibles hoy en día. Además de las dos obras mencionadas, se publicó en 1776 su poema épico en latín Alexandriados, sive de expugnatione Tyri ab Alexandro Macedone. Uno de los rasgos notables de la producción textual del padre Alegre es la abundancia de los escritos “de segunda mano”: imitaciones, síntesis y traducciones de otros autores. Su traducción en verso latino de la Ilíada de Homero (Homeri Ilias latino carmine expressa) se publicó primero en Bolonia en 1776. La versión corregida (Roma, 1788) suscitó comentarios favorables: Ugo Foscolo decía que lo único que se le podía reprochar era su carácter demasiado virgiliano. En 1889 Joaquín García Icazbalceta editó el valioso volumen Opúsculos inéditos del Padre Francisco Javier Alegre en el que se encuentran algunos de sus poemas en latín, así como versiones de sátiras y epístolas horacianas, y la traducción que hizo en 1751, del griego al latín y en hexámetros, del primer libro de la Batrachomyomachia, poema épico burlesco en algún tiempo atribuido a Homero. Sin embargo, el texto más interesante rescatado por el libro de Icazbalceta es, sin duda, la traducción de L’art poétique de Nicolás Boileau. Escrita en 1776, todo parece indicar que se trata de la primera versión española de este poema didáctico de teorización sobre la estética clásica. Sin embargo, por no haber llegado a las prensas sino un siglo después, la traducción del padre Alegre no fue conocida por el público. A pesar de esta magra difusión, los filólogos que la comentan suelen elogiar esta versión llena de erudición y de originalidad. En su Historia de las ideas estéticas en España, Marcelino Menéndez Pelayo comenta que “la versificación del padre Alegre es generalmente bizarra, y las notas eruditísimas, formando un verdadero curso de teoría literaria, acomodado principalmente a la poesía castellana. Aun en el texto hace el padre Alegre algunas alteraciones importantes, suprimiendo las que son particularidades de la lengua y versificación francesa, o alusiones satíricas a autores de aquel país, enteramente oscuros y desconocidos en el nuestro, y sustituyéndolo todo con ejemplos familiares a lectores españoles”. En su prólogo, el traductor veracruzano advierte: “Mi traducción no será literal, ni aun casi será traducción. Hago con Boileau lo que él hizo con Horacio”. El resultado es un texto vívido, ágil, enriquecido por un aparato de notas erudito y muy completo, que ocupa casi las dos terceras partes de la traducción. Para el jesuita, el ejercicio de la literatura era ante todo una actividad recreativa. Sin embargo, tanto el esmero con el que traducía como el trabajo filológico y literario de su Arte poética revelan el verdadero alcance de un proyecto compartido con otros jesuitas exilados: desde fuera de los territorios de la Corona, procuraban dibujar un marco literario donde se pudiera reivindicar la trascendencia de los poetas y de las obras en lengua española.

Bibl.: Inmaculada Alva Rodríguez, “Francisco Javier Alegre (1729-1788): una aproximación a su obra teológica”, Anuario de Estudios Americanos 68:1 (2001), 283- 314. || Arnold L. Kerson, “Francisco Javier Alegre’s Translation of Boileau’s Art poétique”, Modern Language Quarterly 42:2 (1981), 153-165. || Julio Pimentel Álvarez (ed.), Francisco Javier Alegre y Diego José Abad, humanistas gemelos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1990. || Felipe Reyes Palacios, “Francisco Xavier Alegre, traductor y comentarista de Boileau (el Canto tercero)” en A. A. Reyes Castro (ed.), Memorias. Jornadas Filológicas 1994, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1995, 70-78. || Hugo A. Romero Valdés, Francisco Xavier Alegre. Historiador, traductor y poeta, Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, 1998. 

 

Anne C.García