Enciclopedia de la Literatura en México

Lauro G. Caloca

Ángel Muñoz Fernández
1995 / 27 jul 2017 18:34

Nació en San Juan Bautista del Teúl, Zacatecas, en 1884, y murió en la ciudad de Zacatecas, Zacatecas, en 1956. Abogado, periodista y narrador. Como político: diputado, senador y gobernador interino de Puebla. Activo revolucionario, militó en el villismo y el zapatismo.

Estudió en la Escuela Normal de Maestros, donde se graduó, y en el Instituto de Ciencias de Zacatecas. Se distinguió como líder estudiantil y orador callejero, por lo que fue llamado el “Dantón de los postes”. Al estallar la Revolución abandonó el cargo de director de la Biblioteca Pública del Estado de Zacatecas y se levantó en armas con su tío Manuel Caloca. En 1913 militó en el Partido Demócrata “Soberanía Popular” y dirigió su semanario, La Voz; en 1920 fue director de El Independiente, órgano informativo de las tropas de Pánfilo Natera. Por estos años fue secretario general del Gobierno Revolucionario, gobernador interino de Puebla y Zacatecas y director de Instrucción Pública en este último estado. Afiliado al agrarismo, participó con Rafael Ramírez en la creación de la Escuela Rural Mexicana. Perteneció al Partido Nacional Agrarista y obtuvo el financiamiento para la realización del Primer Congreso Agrario. En dos ocasiones fue diputado y en tres, senador (la última, desde 1952 hasta su muerte); en ambas Cámaras fue conocido como “El cuentista parlamentario” por las anécdotas que intercalaba en sus discursos. Colaboró ocasionalmente en varios periódicos de la capital, como El Universal.

Lauro G. Caloca, además de político y legislador, fue cuentista, ensayista y poeta. Consideraba que mientras la música y la pintura tomaban rumbos nacionalistas, la poesía continuaba inspirada por modelos extranjeros; por esta razón, a decir de J. Jesús Figueroa Torres, inició un movimiento mexicanista en el fondo y la forma. En Letanía celebró la Suave Patria de López Velarde como el arranque de la literatura nacional. Su nacionalismo se hace patente también en sus cuentos. A su muerte dejó algunas obras inéditas o inacabadas y un guión de cine para que lo filmara Mario Moreno, “Cantinflas”.