Estudió en el Colegio Montejo y un año en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yucatán (1936). Se inició como periodista en el Diario de Yucatán entre 1938 y 1946. En la Ciudad de México fue redactor de Novedades y director del diario El Mundo de Tampico, Tamaulipas, donde también fundó El Mundo de la Tarde. De 1956 a 1958 fue director regional de la cadena periodística García Valseca, que comprendía varios periódicos del norte del país, entre ellos El Fronterizo de Ciudad Juárez; en esa época dirige El Heraldo de Aguascalientes, El Heraldo de San Luis Potosí, El Heraldo de Chihuahua y funda El Heraldo de la Tarde. En 1959 trabajó para el noticiero cinematográfico emma; fue codirector, con Alfredo Kawage Raña, del periódico Zócalo y reportero de Telerevista; director de Radio Televisión y Cinematografía, en 1977. En 1981 fundó el Diario de León y el Diario de Irapuato. Fue propietario de El Norte, de Chihuahua, que mantuvo hasta 1985. Fue diputado federal por el Estado de Yucatán (1961-1964), senador de la República (1964-1970) y gobernador del Estado de Yucatán (1970-1976). Sus artículos políticos se encuentran principalmente en el semanario Siempre!, donde colaboró durante más de 30 años (desde 1953 hasta su muerte). Fue editorialista de Excélsior (1976-1986) de Siempre! de Impacto y Por esto.

Carlos Loret de Mola escritor y periodista polémico, dedicó gran parte de su obra a evaluar la administración pública de México entre 1970 y 1986. Confesiones de un gobernador relata de su experiencia como gobernador de Yucatán durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez; en Los últimos 91 días hace una fuerte crítica a la corrupción y la demagogia del sistema político mexicano. Publicó El juicio en torno al régimen de José López Portillo y Mil días de Quetzalcóatl, una reflexión acerca de la actuación del mandatario para aconsejarlo y reconvenirlo. Durante el régimen de Miguel de la Madrid apareció el libro póstumo Que la nación me lo demande donde pone en tela de juicio el programa de ese gobierno y sus errores estructurales así como la persecución sistemática de la opinión pública. En Los caciques se pone en evidencia el poder político de algunos líderes obreros y campesinos. Permanecen inéditas la novela Agonía del espíritu y Mi coronel, cuyo borrador se extravió el día de su muerte y en donde relata los pormenores del caso de la cadena periodística García Valseca. Su estilo se caracteriza por la ausencia de solemnidad y por el empleo de la frase directa.