Es egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Ha colaborado en la revista Presencia Educativa.

Alfredo Urbano Hernández Ávila ha escrito poesía y teatro. Su lírica y su obra teatral se distinguen por una tónica de intenso pesimismo. Antirrecolector de tiempo, obra en dos actos, reflexiona sobre la conciencia del individuo y considera que cualquier cambio del hombre no se da con teorías filosóficas sino a través del estado mental del propio ser, sólo así se puede preservar la espiritualidad de una sociedad. Crucifixión de anonimato es la historia de un hombre que se encuentra dilucidando sobre sus vivencias reales y sus recuerdos  oníricos, lo que le provoca una intensa crisis emocional, en donde la figura de Dios simboliza el camino, la sabiduría y el amor. Su poemario, La mística de los silencios, poemas de desesperanza donde todo anhelo o deseo resulta imposible, enuncia la visión de su propia existencia como una situación permanentemente caótica.