06 ene 2018  11:02  
        
    
 
                
                
                
                
                
                
                
                
                Desde su infancia tuvo presente la instrucción religiosa, a tal grado que quiso continuar una vida de retiro. Sin embargo, no logró entrar en ningún convento de Puebla por falta de recursos económicos de su familia, aunque sí ingresó a un beaterio dominicano de Santa Rosa a los diecinueve años. Tiempo después, el beaterio se transformó en un convento, y Anna María Águeda fue nombrada priora del mismo, no sin antes haber sido maestra de novicias. Fue entonces cuando comenzó a escribir sus textos espirituales, importantes por su valor histórico y literario; y más adelante redactaría sus tratados místico-teológicos, en especial sobre las virtudes que el hombre puede alcanzar por gracia de la Virgen María.
                        
                                                    Obra de consulta:
                        
                        
                         
                                                                            
                        
                        
                         
                        
                        
                        
                         
                                                                            
                        Enciclopedia de la literatura en México  
                    
                    
                    
                                        
                
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