Eduardo Lizalde representa un caso raro en la poesía mexicana, al menos, por dos razones: una, que su reconocimiento como poeta solo se dio pasados los cuarenta años con la publicación de El tigre en la casa, y que, por la vertiente primordial de su país, ha sido y es el más brillante, por no decir el real y único, heredero de la poesía maldita, sobre todo del linaje francés.
"Eduardo Lizalde representa un caso raro en la poesía mexicana, al menos, por dos razones: una, que su reconocimiento como poeta solo se dio pasados los cuarenta años con la publicación de El tigre en la casa, y que, por la vertiente primordial de su país, ha sido y es el más brillante, por no decir el real y único, heredero de la poesía maldita, sobre todo del linaje francés: de Rutebeuf y Villon, de Baudelaire y Rimbaud, de Lautréamont y Artaud. De todos, sin duda, su influencia múltiples, su verdadero dios, ha sido, como lo fue para Arthur Rimbaud o para Émile Nelligan, Charles Baudelaire".
Marco Antonio Campos
"No hay muchos poetas como Lizalde, no sólo en México, sino en toda la lengua castellana".
Juan Gelman
Otras obras de la colección (Colección de Poesía):









