Osso, decía "La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuenttra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón". Giovanna Benedetti, espira ese mismo aroma, que pareciera que es más divino que humano y se solaza en el resplandor del significado de la vida, que se purifica en el transcurrir de la historia, para generar un mundo nuevo, que es propio, que no se parece al de nadie, y que en su portafolio arriesga propuestas para una literatura diferente. Por eso en su poemario Entonces, ahora y luego, Premio Nacional de Poesía 1992, de Panamá, la poeta, se lanza a vadear por un río que no le es adverso; que lo conoce a pie juntillas, porque sabe remar y cuando se cansa, pone su motor de borda para crecerse en las aguas más tormentosas y sutiles. Es el río y también la orilla. La orilla y también el agua, que en cascada se arriesga a deletrearse a sí mismo. El rumor de la ola y la ola misma, en una especie de ceremonia con los arcanos y ese horizonte que maneja con su verbo asaz inmarcesible, que se lanza incluso a describir los misterios de la Creación, como si hubiera sido testigo y participe de sus prolegómenos inmarcesibles.
Carlos Garido Chalén
