Nadie que lea Entre Marx y una mujer desnuda (el
desgarramiento del hombre contemporáneo entre su sociedad y su individualismo)
es capaz de permanecer indiferente. Apasionante y exasperante por la violencia
de su lenguaje, por el cuestionamiento de nuestros valores culturales y por su
desafío a las formas literarias tradicionales, este libro que se critica y se
niega a sí mismo sorprende a cada página. Desmonta el argumento en múltiples
relatos y reflexiones que a su vez contienen otros (con algo del suspenso de
una novela policial pues nada indica cómo ni dónde van a continuar o concluir),
sugiere diferentes posibilidades de solución y provoca al lector a participar
en su escritura. Obra totalizadora y a la vez abierta, verdadero laboratorio de
literatura, este texto con personajes, imposible de resumir, podría ser el
balance o el testamento de una generación. Por la diversidad de sus personajes
vistos desde dentro y desde fuera de su propia cultura, por la multiplicidad de
técnicas, por la invención de lenguajes y estilos diversos, por el ordenado
desorden de sus capítulos, el lector se ve atrapado en el libro y al salir
habrá dejado en él una parte de sí mismo. Escrito con ternura, con humor y con
rabia, pero sobre todo con una lucidez y una honestidad que irritan o asustan,
esta obra del ecuatoriano Jorge Enrique Adoum -uno de los poetas
representativos de América Latina- debe ser leída y "comprobada"
desde todos sus niveles y todos sus ángulos, puesto que lo que el autor propone
es "una novela más cerca de la escultura que de la pintura".